La Albiceleste tiene ventaja, pero también
Alguna vez faltó puntería, en otra ocasión se ligó mal. En una más, se descuidó el fondo. O, en otra, se sufrió porque no se pudo frenar al mejor de ellos. Lo cierto es que Argentina se ha presentado, ante el Uruguay que orientó Óscar Tabárez en dos ciclos, como una Montaña Everest de 8.849 metros. Se pudo escalar, sí, pero muchas veces menos de las que se intentó a lo largo de estos once enfrentamientos.
Para que quede claro, Uruguay fue capaz de derrotar a la Albiceleste, de echarla de su propia Copa América, de bajarla de la definición con Brasil en otra y hasta de meterle tres goles, pero se han concedido más alegrías a los hermanos del Plata de las que pudo obtener la Celeste.
Las matemáticas bien puras, sin considerar si se manejó o no el partido, si se hicieron o no pases, si hubo que colgarse del travesaño —en el segundo ciclo como DT de Tabárez— porque dominaron el juego los “Messi boys”, establecen que Argentina venció a Uruguay en seis cotejos, mientras que los charrúas triunfaron en dos ocasiones y en los restantes tres terminaron empatados. Sí, no puede olvidarse que uno de esos empates después terminó con festejo uruguayo porque por penales se los invitó a mirar la Copa América 2011 por TV.
Para tranquilidad uruguaya, por otra parte, los últimos dos antecedentes no reflejan esa supremacía. Es más, hasta se confirmó que Edinson Cavani y Luis Suárez son tan verdugos de la Albiceleste como Messi lo ha sido de la Celeste. Es cierto que la “Pulga” clavó cuatro goles y lidera —en esta época seleccionada de rivalidad— la tabla de goleo, pero el “Pistolero” y el “Matador” la mandaron a guardar en dos ocasiones cada uno, lo que entre
Luis Suárez y Edinson Cavani ya le anotaron dos goles cada uno a la Selección de Argentina.
otras cosas terminó reportando un triunfo y un empate.
No es buen número, para el estilo de conducción que primó en el ciclo del maestro, que se hayan recibido 14 goles en el arco propio, aunque justo es decir que una sola vez la dife