El Pais (Uruguay) - Revista domingo
Cuando un piano invertido te cabe en el interior del oído
“Todos tenemos un piano en el oído” es la frase que intenta sintetizar el resultado de un estudio llevado a cabo por James Hudspeth, de la Universidad de Rockerfeller. Como él mismo explicó, el oído interno humano no mide más de 40milímetros, pero a pesar de su minúsculo tamaño es capaz de transformar la vibración en una especie de sinfonía. Es como tener un piano, pero invertido, en el oído. En ese instrumento, “cada cuerda representa un solo tono, y la salida se agita en un todo armónico. La oreja deshace ese trabajo: toma el todo armónico, separa los tonos individuales y representa a cada uno de ellos en una posición diferente a lo largo de la cóclea espiral (el órgano receptivo de la oreja). Cada una de las 16.000 células ciliadas que recubren la cóclea es un receptor que responde a una frecuencia específica. Y esas células ciliadas están en un orden sistemático, al igual que las cuerdas del piano”, de acuerdo al medio colombiano El espectador.