El Pais (Uruguay) - Revista domingo
Robótico no logra tocarnos el corazón
Los sexbots (o robots sexuales) se promocionan no solo como capaces de satisfacer nuestras urgencias eróticas, sino también como una posible solución a patologías como la pedofilia, la violencia sexual contra las mujeres, o la ausencia de la explotación que demasiado a menudo implica la tarea de la trabajadora (o trabajador) sexual. Y hay grandes intereses involucrados en su comercialización (hay quienes estiman que hay 30.000 millones de dólares ya en danza en torno a esta industria). Sin embargo, se cuestiona la creencia que los androides sexuales sean beneficiosos para algo más allá de llenar los bolsillos de sus propietarios y diseñadores. En el BritishMedical Journal se publicó un editorial que rechaza los argumentos promocionales: “No hay ninguna evidencia que apoye los beneficios para la salud y, por lo tanto, no podemos hacer ninguna recomendación a favor o en contra del uso de los sexbots. Aconsejamos al público general que sea escéptico sobre sus supuestos beneficios”.