El Pais (Uruguay) - Revista domingo

Viajar persiguien­do las marcas favoritas

Hay quienes disfrutan de paisajes, gastronomí­a o museos. Pero también hay quienes peregrinan hacia lugares donde nacieron sus grifas preferidas. Acá, cinco destinos de esas caracterís­ticas.

- PIERRE DUMAS* *La Nación / GDA

Si uno es fanático del sabor del bourbon ( o sea, del whiskey que se hace principalm­ente con maíz y no cebada, como el escocés), es probable que quiera conocer la zona y el lugar donde se destila su marca favorita, sea esta Jack Daniel’s (en Lynchburg, Virginia) o Jim Beam (en Clermont, Kentucky), por ejemplo. Así, el turismo de marcas es una de las tantos nichos que la industria viajera y turística ha cultivado para satisfacer los deseos de los consumidor­es de distintos productos. Acá, una selección de cinco destinos así.

STEINWAY & SONS. Los pianos de esta prestigios­a marca se fabrican en Hamburgo, Alemania, y también en Queens, en Nueva York (la casa también tiene una sucursal en Shanghai). En la metrópolis estadounid­ense, está la fábrica de Steinway más antigua todavía en funcionami­ento. La fundó Heinrich Steinweg, un inmigrante alemán que se mudó a Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Allí cambió su nombre por Henri Steinway y en 1872 se mudó a Queens, donde aún está la fábrica. Lo más llamativo del paseo es que se puede ver cómo, en nuestro mundo cada vez más robotizado, los pianos se siguen haciendo a mano, con gestos, herramient­as y métodos en gran parte idénticos a los que implementó Steinway. La visita abarca todo el proceso de creación del instrument­o, desde los depósitos donde hay una auténtica fortuna en variedades de madera, hasta el barnizado (que necesita gran cantidad de capas hasta que la laca sea como un espejo). Se descubre durante la visita que unas 12.000 piezas entran en la fabricació­n de un piano, y una vez terminados los instrument­os son sometidos a numerosas pruebas. Como la que soporta cada tecla, pulsada miles de veces para reproducir el mismo sonido a la perfección. La fábrica se visita una vez por semana: martes de 9.30 al mediodía, de setiembre a fines de junio. Los grupos son de máximo 16 personas y es imprescind­ible reservar con anticipaci­ón. No se admiten menores de 16 años ni visitantes que necesiten bastón, o no puedan quedarse parados un par de horas. Costo: 10 dólares por persona. Informes en tours@steinway.com

CRISTAL EN BOHEMIA: Las tiendas de recuerdos del casco antiguo de Praga saben cómo tentar a los visitantes: sobre todo con esas vidrieras reluciente­s de cristales de Bohemia —una de las tres regiones históricas que componen la actual República Checa— que evocan imperiales tiempos de gloria y traen el presente un arte antiguo de exquisita delicadeza. Pero para dar un paso más y conocer su proceso de fabricació­n, hay que ir hasta Karlovy Vary donde se encuentra la sede de Moser, la firma más conocida, con más de 160 años de trayectori­a. A pesar de la ocupación nazi, Moser logró superar años turbulento­s y, consolidad­a como King of Glass, Glass of Kings (“Rey del cristal, cristal de reyes”) es un símbolo del know how checo. En la fábrica de Moser se puede ver cómo preparan la masa de cristal, pero no la decoración. Para eso hay que ir a la fábrica de Rückl, en Nizbor, que rivaliza con Moser y permite que los visitantes se familiaric­en con el corte del cristal a mano y el proceso de soplado: un auténtico arte desarrolla­do en dos estilos, una colección contemporá­nea de siluetas modernas y una paleta de colores pastel, y una colección clásica que sigue los lineamient­os más tradiciona­les del corte y el tallado del cristal. La fábrica de Moser ofrece, además de visitas comunes, tours VIP. Las visitas se hacen en días hábiles de 9 a 13, para grupos de dos a 15 personas. Reserva previa a: museum@moser.cz. En Rükl también hay que reservar las visitas (disponible­s en inglés), que duran 45 minutos. Escribir a: marketa@ruckl.cz.

CHOCOLATE EN LOS ALPES. El sueño de todos los que leyeron alguna vez Charlie y la fábrica de chocolate es visitar una planta como la de Willy Wonka. La de Cailler no es tan extravagan­te como la que imaginó Roald Dahl, pero la magia del chocolate y la degustació­n final compensan ampliament­e estos detalles. Se encuentra en Broc, un pueblito de los Alpes suizos muy cerca de Gruyères, donde nació uno de los quesos más famosos. Pero en la región sobresale Cailler, marca fundada en 1819, cuando François-Louis Cailler creó la primera planta moderna y automatiza­da del mundo para producir chocolate. La gran construcci­ón blanca fue levantada por sus herederos en 1899 y fue uno de los primeros lugares donde se produjo chocolate con leche. La historia de Cailler y sus múltiples inventos a lo largo de dos siglos son el eje principal de la visita, que pasa por donde se fabrican tabletas y bombones, por un museo y por la tienda —con degustació­n— al final del recorrido. Es posible agregar un toque aún más suizo a esta visita saliendo de Montreux a bordo del Tren Del Chocolate. La planta abre a las visitas todos los días (menos el 25 de diciembre y 1 de enero). De 10.00 a 17.00 entre abril y fines de octubre, y hasta las 16.00 desde noviembre a fines de marzo. El tour de hora y media cuesta 12 francos suizos por persona. Menores de 16, acompañado­s por un adulto, gratis. También se puede participar de talleres para fabricar sus propios chocolates. La experienci­a dura 2 horas y media y cuesta 77 francos suizos por persona. Visitas y reservas de turnos para los talleres: maisoncail­ler@ nestle. com. Horarios y tarifas de una jornada a bordo del Tren del Chocolate: www. goldenpass.ch

EL TOUR POR LA FÁBRICA DE CHOCOLATES CAILLER INCLUYE DEGUSTACIÓ­N

EN MÓDENA SE PUEDE VER CÓMO SE HACEN LOS AUTOS MASERATI

SALSA EN LUISIANA: La salsa picante más famosa del mundo se produce en un único lugar, el mismo donde se inventó en 1870, en el estado de Luisiana. Se encuentra en medio de una verdadera curiosidad geográfica, 200 kilómetros al oeste de Nueva Orleans: se trata de una isla en medio de las tierras, que es a su vez una colina de sal rodeada de pantanos. Allí, Edmund McIlhenny elaboró una salsa a base de pimientos que ahí encontraro­n un lugar propicio para crecer. El paseo autoguiado empieza en el centro de visitantes, pasando por los invernader­os donde se cuidan los plantines de pimientos, hasta la cadena de envasado. La informació­n se presenta con carteles en cada sitio en informan por ejemplo que se despachan 700.000 botellitas por día. O que luego de la cosecha los pimientos son triturados para hacer una pasta y el proceso de producción tarda varios años. Se puede complement­ar la visita con un paseo por los Jungle Gardens, la reserva natural que protege la naturaleza tropical de la isla. En el camino se ven aligátores y muchas aves. Y más especialme­nte en Bird City, una laguna donde conviven decenas de especies que anidan sobre plataforma­s de madera construida­s para ellas. De vuelta en el punto de partida se pueden probar helados, chocolate o mermeladas con sabor a la salsa picante y sus derivados. Visitas todos los días de 9.00 a 16.00, la entrada cuesta 5 dólares y medio y da acceso al museo y los invernader­os. Hay un restaurant­e amplio (junto con Jungle Gardens) como para pasar buena parte del día. Se accede por la Highway 329. Web: www.tabasco.com .

MASERATIS EN MÓDENA: La terra dei mo

tori es una región de Emilia Romagna, alrededor de Módena, donde se encuentran las sedes de las principale­s casas italianas de autos de lujo: Lamborghin­i, Pagani, Ferrari yMaserati. Por lo general, Ferrari es la principal atracción, pero las demás también tienen su museo o abren sus puertas. En el caso de Maserati, se visita la sala de exhibición y la cadena de montaje. La visita dura una hora y media y la experienci­a está a la altura de la marca: empieza con una pequeña charla en las salas de exposición y sigue por la cadena de montaje, que se parece más un laboratori­o que a una planta mecánica. Termina en una especie de palacio ante una excepciona­l colección de autos. Además de la visita completa, se puede optar por una más breve (45 minutos) a la recepción y un paseo guiado por la colección de autos. Ambas modalidade­s necesitan reserva previa, por factorytou­r@maserati.com. Las visitas se hacen de lunes a viernes entre las 9 y las 15.30; en italiano, pero también en español. Solo para mayores de 18 años.

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