El Pais (Uruguay) - Revista domingo

LA BANDERA DE NASAZZI

-

Los azules se fueron por el gris, el blanco por el beige y el amarillo ya no es el más fuerte —el del sol— sino que ahora es casi mostaza. La vitrina protege a ese pabellón de los años, el polvo, el aire y sobre todo de las manos curiosas que han de querer tocarla, como la tocó José Nasazzi, en las Olimpíadas de 1924, cuando el 25 de mayo caminó por la cancha del Estadio Olímpico de Colombes, al frente de la delegación uruguaya en el desfile inaugural. Un día más tarde, el pabellón uruguayo fue izado con el sol al revés, pero Uruguay jugó y le ganó a Yugoslavia en la fase preliminar y después fue un 3 a 0 a Estados Unidos; un 5 a 1 a Francia; un 2 a 1 a Países Bajos y finalmente se consagró campeón el 9 de junio, con un 3 a 0 a Suiza. Y sí, la historia de ese torneo es conocida, también se sabe que Nasazzi fue el capitán, como en 1928 y en 1930, cuando arrancan los mundiales en el Centenario. Pero que esa bandera esté ahí, entera aunque descolorid­a —frente a la foto que la muestra izada por Nasazzi—, que esa bandera esté ahí, a un metro de la que llevó Andrés Mazali, más pequeña y más dañada por el tiempo, invita a hablar.

Cuando Gerardo Cal, funcionari­o del museo desde hace 10 años, se para frente a ella, explica la historia y afirma: “Nasazzi fue el más grande capitán de la historia, ni que hablar”. Y esa bandera, la que el capitán no solo llevó al estadio, sino que la tuvo con él en el chateau de Madame Pain (la mujer que decidió hospedar a la selección por aquel entonces), permite hablar de él. “Aparte, nunca perdió un partido con Uruguay por campeonato”, añade Cal, que sabe del fútbol todo lo que le ha enseñado la vida y lo que le ha dejado ese tiempo en el museo. Por ahí no son pocos los visitantes que entran — alemanes, brasileños, estadounid­enses, los argentinos ahora son menos— y a los que tiene que contar la historia. Además están las excursione­s escolares, que en el año lectivo son corrientes.

Los visitantes extranjero­s no escatiman en selfies y en fotos grupales, pero los objetos elegidos suelen ser o la camiseta de Obdulio Varela o la estatua de Alcides Ghiggia. “A los brasileños les encanta sacarse fotos con Ghiggia a pesar del Maracanazo”, comenta Cal, que como fanático de la celeste, no lo entiende del todo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay