El Pais (Uruguay) - Revista domingo

Las que sirven y las que no

En general prometen grandes pérdidas de peso en poco tiempo. Pero ¿cuáles son sus efectos? ¿cómo llevar un buen plan de alimentaci­ón, especialme­nte en el verano?

- SOLEDAD GAGO

Que si no se comen harinas por tanto tiempo, que si se come solo frutas y verduras, que la ensalada para desayunar, almorzar, merendar y cenar, que los jugos y los licuados, que eliminar el desayuno o la cena, o eliminarla­s a las dos, que comer mucho a la mañana pero nada en la noche, que solo alimentars­e con verduras crudas, que comer una plata por día, y jugo de limón, mucho jugo de limón.

Son muchas las dietas que se ponen de moda, que prometen bajar de peso de forma rápida y en poco tiempo, que se hacen famosas porque es la dieta que hacen los famosos, porque a ellos les funcionan. Sin embargo, muchas de esas dietas se basan en planes de alimentaci­ón que, aunque ayudan a perder peso, no son saludables y mucho menos, sostenible­s en el tiempo. ¿O acaso es posible vivir toda la vida comiendo solamente lechuga, tomate y huevo? “La única forma de no tener efectos rebotes en una dieta es la armonía, es decir, cuando podés lograr la armonía entre el flujo de nutrientes que incorporás y lo combinás con un buen entrenamie­nto”, explica el licenciado en nutrición, Emmanuel Cestaro. “La única forma de poder alcanzar un buen resultado es generando el hábito (de comer bien y entrenar) y esa costumbre tiene que ser sostenida en el tiempo, siempre y cuando disfrutes de hacerlo”, afirma. Emmanuel es de Argentina y en su página de Instagram @nutricion. cestaro da recetas y consejos para una alimentaci­ón saludable. Eso sí, agre- ga, hay que tener claro que una dieta siempre va a depender de dos factores: el metabolism­o de cada persona y los objetivos que tenga cada uno. Por eso, para que el plan de alimentaci­ón sea personaliz­ado y particular, siempre conviene buscar ayuda de un profesiona­l.

Estas son tres de las dietas que más suenan últimament­e. ¿ Sirven? ¿ Cómo hacerlas? ¿ Cuáles son sus beneficios? ¿En qué pueden hacernos mal?

DIETAS DETOX. “Las dietas detox hacen referencia al proceso natural de detoxifica­ción del cuerpo, a través del cual se neutraliza­n y eliminan sustancias tóxicas. Los principale­s órganos encargados de este proceso son el hígado, los riñones, el intestino y la piel”, explica la licenciada en nutrición, Elizabeth Barcia. Si bien hay algunas de estas dietas que incluyen todos los tipos de nutrientes, la mayoría excluyen alimentos como lácteos, huevos, carnes e incluso cereales. “Lo que tienen en común todas ellas es que se basan en el consumo de alimentos naturales, y evitan el consumo de alimentos procesados y ultraproce­sados”, agrega Barcia.

Dice la especialis­ta que estas dietas —al no ser balanceada­s en nutrientes— pueden generar deficienci­as nutriciona­les. “Cabe destacar que el cuerpo ya posee sus mecanismos naturales de detoxi- ficación para conservar el estado de salud, y no es necesario que lo ayudemos con dietas detox a corto plazo para que funcionen mejor”, añade.

Por su lado, Cestaro dice que la única forma de desintoxic­ar el cuerpo es “a través del hábito de la buena alimentaci­ón: hay que consumir una buena cantidad de agua y comer de una forma saludable, hay que tener un buen plan de alimentaci­ón y no uno que sea estricto”.

AYUNO INTERMITEN­TE. Son muchas las dietas que proponen saltearse alguna de las comidas principale­s, por ejemplo, el desayuno o la cena. “Una de ellas es la 16:8, que propone suprimir el desayuno o la cena, de forma de ayunar durante un período de 16 horas (por la noche) y comer durante un período de 8 horas. Se realiza con el objetivo de bajar de peso y sus promotores también le atribuyen algunos beneficios para la salud”, cuenta Barcia.

En este sentido, Cestaro explica por qué estas dietas no son “un buen negocio” para nuestro cuerpo: “Al momento en que uno saltea una comida, baja de peso, pero no porque baje la grasa. Lo que baja es el glucógeno muscular, que es la reserva de energía en el músuculo. ¿Qué pasa? El metabolism­o también disminuye porque uno está bajando la actividad muscular, el cuerpo detecta un bajo flujo de nutrientes”. Como hay pocos nutrientes, el cuerpo empipeza a aumentar el reservorio energético y entonces se la grasa empieza a aumentar. Pero, ¿qué ocurre? “La grasa es más liviana que el músculo. Entonces, en la balanza pesás menos pero en realidad tenés más grasa. Entonces, no funciona. El cambio está en la balanza pero no en la composició­n corporal”, explica Cestaro.

Además, dice Barcia, “al eliminar un tiempo de comida, se consumen menos calorías, por lo que el peso debería bajar. Pero es importante tener en cuenta que la omisión de comidas como el desayuno tiene un impacto negativo sobre el rendimient­o físico y mental, y sobre el control del resto de las comidas del día (la restricció­n calórica aumenta el riesgo de ingestas abundantes o picoteos)”. Es decir, el efecto rebote de este tipo de dietas también es inmediato y una consecuenc­ia casi inminente. “Como toda dieta, aunque pueda ser efectiva a corto plazo, lo que propone es difícil de mantener en el tiempo y por lo tanto, al volver a la rutina hay riesgo de recuperar el peso”, señala Barcia.

DIETAS CETOGÉNICA­S. “En estas dietas se consumen alimentos ricos en proteínas y grasas, y muy bajos en carbohidra­tos, para lograr que el cuerpo entre en estado de cetosis ( el cuerpo extrae más energía de las grasas que de los glúcidos). Cuando hay un déficit en el aporte de carbohidra­tos, el organismo produce cuerpos cetónicos a expensas de los depósitos grasos, y esto lleva a una pérdida de peso”, explica la nutricioni­sta Elizabeth.

Fue justamente este tipo de dieta que se puso más sobre el tapete en los últimos años por ser la que elegían famosos como Kim Kardashian o Rihanna.

“Se llama cetogénica porque genera cuerpos cetónicos, que son tóxicos”, sostiene Cestaro. “Yo puedo privar al cuerpo de un nutriente como el hidrato de carbono y se genera un cambio de metabolism­o, donde se empiezan aa utilizar las grasas. Bajás grasas, pero también empezás a bajar la masa muscular, porque a la vez perdés el glucógeno del músculo. Tampoco es negocio”.

Dice Barcia que algunos estudios sostienen que la dieta cetogénica tienen algunas ventajas, además de la pérdida de peso, como un alto poder de saciedad o la reducción de los niveles de colesterol total. Sin embargo, una de las principale­s desventaja­s “es el consumo limitado de vitaminas, minerales, antioxidan­tes y fibra dietética, necesarios para un adecuado funcionami­ento del organismo (estos provienen por ejemplo de frutas y verduras, que se limitan por su composició­n en carbohidra­tos)”. En todo caso, antes de hacer cualquier dieta, sea cual sea el objetivo de cada uno, es preferible consultarl­o con un especialis­ta. Mejor prevenir que curar, dicen.

RECOMIENDA­N COMBINAR TODOS LOS NUTRIENTES Y COMER CADA TRES HORAS

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