El Pais (Uruguay) - Revista domingo
El freno a las infidelidades
Los amantes la están pasando mal en estos días. El temor al contagio, la falta de excusas para salir de casa y no poder recurrir al sexo virtual enfría sus pasiones.
relaciones paralelas vienen acompañadas de frases como ‘no la puedo ver, y tampoco puedo tener sexo virtual, porque estoy en casa con mi marido/mujer’. El encierro llevó a un deterioro del deseo sexual enormemente. Se deprimió todo el mundo. Hay mucha gente sin trabajo, mucha gente la está peleando desde el punto de vista económico, está el miedo a contagiarse... todo eso inhibe el deseo sexual. También es un tema fisiológico, porque baja la testosterona, bajan los estrógenos, aumentan las hormonas de alerta…”, enumera Cedrés. El combo es para desanimar al más entusiasta.
Más allá de los amantes, también sufren las relaciones más o menos estables donde no hay terceros involucrados. Algo tan cotidiano como comer afectó la sexualidad. Fueron pocos, según Cedrés, los que fueron lo suficientemente disciplinados para mantener una rutina de ejercicios durante el confinamiento, y las más frecuentes idas a la cocina y heladera causaron aumento de peso. “A menudo, veo a parejas en las que uno de ellos le pregunta al otro si ya no lo desea más porque engordó”.
Así, encerrados y con problemas en el relacionamiento sexual, muchos recurrieron a la masturbación. Y con eso aumentó el consumo de pornografía, uno de los inductores para el autoplacer. Pero esto plantea algunos interrogantes hacia el futuro. “He visto algunos casos en donde se ha perdido el control, donde no se puede regular el consumo de pornografía”, comenta Cedrés. Si uno es adicto a la pornografía o al sexo, el encierro le juega en contra, porque aumenta la ansiedad. También acota que se ha dado un fenómeno curioso: el sexo con tapabocas. Así como luego de la llegada del HIV se erotizó al preservativo y al acto de ponérselo para incentivar su uso, así ahora empezó a aparecer pornografía en los que los practicantes llevan tapabocas. Y empezaron a aparecer otros fenómenos como el “Coronasutra”, un compendio de prácticas y consejos para relaciones sexuales en tiempos de pandemia.
Esa es una de las pocas cosas algo jocosas que esta pandemia ha dejado en cuanto a la sexualidad. Casi todo lo demás son malas noticias para la salud sexual, una parte fundamental de la calidad de vida.
“La encuesta muestra que la gran mayoría de los uruguayos dijeron que su vida sexual empeoró por el confinamiento. Y cuando se estudió qué grupos dijeron sentirse más afectados, uno de ellos fueron los jóvenes que perdieron el trabajo, por la incertidumbre y la depresión. Y el grupo de adultos mayores, por los miedos al deterioro de la salud, el miedo a la muerte y el contagio. Todos esos factores hizo que bajara el deseo y se conectaran menos con el placer. La salud sexual de los uruguayos fue muy afectada”, concluye el médico y sexólogo.
Mientras esperan que se retome al menos algo de la “vieja normalidad”, Laura y Fermín se preguntan si volverán a verse en algún hotel y retomar un vínculo secreto y, en su momento, ardiente.