El Pais (Uruguay) - Revista domingo
Cultura de color ladrillo
IMM no respondió a las consultas de Revista Domingo para esta nota). La inclusión en la lista de Monumentos Históricos Nacionales y la declaración de interés departamental son las dos herramientas que existen para proteger (o intentarlo) a algunos lugares emblemáticos de la ciudad. Pero Ghierra, por ejemplo, dice que no siempre alcanza. “Se desafecta y listo. Se puede demoler”.
¿Cómo es? ¿Nos preocupa nuestro patrimonio arquitectónico? ¿ O somos una nación que vive según la expresión “Al pasado, pisado”? “Creo que existe una mayor sensibilidad respecto a estas cuestiones”, comenta Ghierra y agrega: “Luego de tuitear eso, tuvimos muchísimas reacciones, gente que nos escribía desde el lugar de sus recuerdos y también muchos que apreciaban el arte y el diseño que allí había”.
Para él, la movida del Día del Patrimonio tuvo mucho que ver en la creciente conciencia sobre la importancia de preservar ciertas construcciones. Pero esa sensibilidad no siempre es compatible con los tiempos de la política. “Un partido asume el poder y gobierna durante cinco años. En cinco años no se ven los resultados de una política patrimonial en el sentido de pensarla como una industria cultural, lamentablemente. Sin embargo, el Frente Amplio lleva 35 años en el gobierno municipal y se podría haber puesto eso como mira. Pero siempre es más atractivo que al terminar el quinquenio de gobierno la administración pueda mostrar los metros cuadrados construidos, los puestos de trabajo que se crearon, la cantidad de nuevas contribuciones inmobiliarias... Es muy difícil para el sistema político tener una visión que supere esos cinco años, y para que el patrimonio sea rentable hay que darle un aliento. Ni siquiera hay que irse a otro país para constatar que lo patrimonial puede ser una inversión rentable. Basta con ir a Colonia del Sacramento. Ahí hubo un alineamiento entre el interés público y el privado en donde se dieron cuenta que eso era una mina de oro. Claro, no va a ser una mina de oro en cinco años, o en diez. Pero ya ves lo que es ahora”, ilustra Ghierra.
Es que a veces, las urgencias del presente se imponen sobre las reliquias del pasado, que se demuelen y se olvidan. Laura Aleman, arquitecta, docente de la Facultad de Arquitectura y escritora, dice que hay una “permanente tensión entre cuidar lo que tenemos y generar trabajo, atraer inversiones y demás”. Como Ghierra, dice que cuidar el patrimonio es una mirada de largo plazo. “Por eso muchas veces cuesta. Uno no ve el resultado inmediato. Pero hay que tener cuidado con los argumentos de corto plazo, porque así se puede hipotecar el futuro no tuyo, sino el de tus descendientes. Voy a poner un ejemplo y perdón que voy a meter un tema en el cual estoy involucrada: el caso del predio Mauá y el proyecto de López Mena para ahí. Es cierto que va a generar puestos de trabajo durante un tiempo, pero se está hipotecando una rambla que es pública para el futuro. Hay una frase que la he repetido mucho y lo voy a hacer de nuevo. Es de una historiadora argentina, Graciela Silvestri, que elogiando Montevideo hablaba de la “distribución social de la belleza”. No se trata solamente de distribuir la riqueza económica. También la belleza tiene que ser distribuida. Si vos estropeás el patrimonio, también le estás quitando algo a la población: la posibilidad de apreciar esa belleza, de aprender con eso, de sentirse parte...”
—¿Por qué es importante preservar lo antiguo, que capaz que ya no se usa como se usó en su momento?