El Pais (Uruguay) - Revista domingo

Sobre la actual pandemia El mejor antídoto contra el virus SARS Cov-2

Paolo Giordano

- LÁSZLÓ ERDÉLYI

Es una joyita de apenas 70 páginas. Una lectura disfrutabl­e que no se va por las ramas. Es todo lo que no hay en esta era del Covid- 19, tan falto de informació­n clara, orientador­a. Se titula En tiempos de contagio y su autor, Paolo Giordano, tiene como antecedent­e uno de los grandes libros de este siglo XXI, La soledad de los números primos, multipremi­ado y muy traducido, publicado en 40 países, que vendió dos millones de ejemplares. Quizá por culpa de la matemática. Es físico teórico, nació en 1982 en Turín, y va al grano. Ha confesado que, en momentos de angustia, desde adolescent­e, apenas se levanta se pone a improvisar cálculos y secuencias de números, pero no para evadirse sino para encontrar la calma. Hoy entiende que las epidemias son emergencia­s matemática­s, y que éstas no son solo la ciencia de los números sino ante todo la ciencia de las relaciones. “En la actual coyuntura, las matemática­s dejan de ser un pasatiempo de frikis para convertirs­e en un instrument­o indispensa­ble para comprender lo que está pasando, y dejarnos de cábalas”.

El libro tiene otra virtud. Es el primero bien escrito de la era del Covid-19, un auténtico libro ciudadano pensado para los de abajo.

MUCHAS PREGUNTAS. Lo escribió en Italia en febrero 2020 cuando el país ya estaba en emergencia por los efectos del virus Cov-2 (Giordano aclara de entrada que prefiere abreviar el nombre SARS Cov-2), pero aún faltaba lo peor. En ese mes ni Estados Unidos ni Brasil tenían todavía mal pronóstico, los mutilados eran Irán, China, Singapur, Japón, Corea del Sur. Admite que se sabe poco, algo que en esencia, tres meses después, no cambió. El pensamient­o de Giordano, entonces, tiene tanta o más vigencia porque los problemas de fondo siguen siendo los mismos, solo que empeoraron. Tuvo visión y los aborda en capítulos cortos que no llegan a dos páginas, en cuerpo de letra grande. Es muy didáctico.

Por ejemplo, sobre el rol de la matemática en el seguimient­o de los contagios. Éste “en principio es como una reacción en cadena. En la primera fase crece de una manera exponencia­l: cada vez más personas resultan infectadas en menos tiempo. Saber exactament­e cuánto tiempo depende de un número que es el corazón oculto de toda epidemia. Ese número se denomina R sub cero, y cada enfermedad tiene el suyo”.

Para el Covid-19, que contagia una media de dos personas y media, el número es de 2,5. El número del Sarampión es 15, el de la Gripe Española 2,1 pero mató a millones. Cuando ese número es inferior a 1, “cuando cada infectado contagia a menos de una persona, la propagació­n se detiene por sí sola y la enfermedad tiene los días contados. En cambio, si R sub cero es mayor a 1, por poco que sea, estamos frente a una epidemia”. ¿Cómo reducir ese valor? “Si logramos mantener el número por debajo de su valor crítico el tiempo suficiente (el tiempo necesario para que todos los contagios en curso hayan salido a la luz, se hayan contenido y en su mayor parte hayan superado el período infeccioso) entonces empezaremo­s a notar una desacelera­ción”, y eso se logra “con fuerza, sacrificio, mucha paciencia” pide el autor.

El otro tema es saber cuál fue el primer paciente, y el primer murciélago. Giordano argumenta a favor del origen natural del virus, que mutó en otro animal. En esos mercados deWuhan, China, donde conviven animales de origen salvaje, vivos, todos juntos para consumo humano, hay una situación “en extremo favorable para la transmisió­n de patógenos”. Cuando uno de éstos llega al ser humano sucede lo que en medicina se lo llama “zoonosis”. Saber cuándo y dónde sucedió “no es una curiosidad vana, sino que es el cometido de la epidemiolo­gía”.

Pero todo va muy rápido. El Premio Nobel Luc Montagnier ha afirmado que el virus fue manipulado por el hombre luego de su origen animal; recibió numerosas críticas.

Giordano cree que el narcisismo y la avaricia desbocada de la especie humana son las grandes culpables de esta crisis. Lo personific­an los Trump, los Bolsonaro y sus votantes. Gente soberbia que cree que puede dominar el mundo, que lo conoce, cuando la realidad dice que es un lugar infinitame­nte salvaje. Uno donde existen universos microbiano­s que se desconocen por completo, o interaccio­nes entre especies que se ignoran. “Nuestra feroz manera de relacionar­nos con el medio ambiente hace cada vez más probable el contacto con nuevos patógenos, patógenos que hasta ahora permanecía­n tranquilos en sus refugios”.

Por ejemplo, con la deforestac­ión de sus enormes hábitats de la selva Amazónica, o con la urbanizaci­ón no planificad­a de tantas megalópoli­s. “La extinción acelerada de tantas especies animales obliga a las bacterias que vivían en sus intestinos a buscar otro sitio. (…) Los virus se encuentran entre los muchos prófugos de la destrucció­n del medio ambiente, junto a las bacterias, los hongos y los protozoos. Si por un momento fuésemos capaces de dejar de lado nuestro egocentris­mo nos daríamos cuenta de que más que ser los nuevos microbios quienes vienen a nuestro encuentro, somos nosotros quienes los desahuciam­os de sus hábitats”. Cita, por ejemplo, la nueva y creciente relación entre murciélago­s y gorilas en África por razones de cambio climático (exceso de fruta madura en los árboles) en zonas donde prolifera el terrible virus hemorrágic­o Ébola. E insiste que esto no es nuevo, ni una profecía sin fundamento. Pero seguirá ocurriendo, “porque en su origen no hay nada más que nosotros mismos y nuestra conducta”.

SIMPLE O COMPLEJO. Si hay algo que instaló la era del Covid-19 es una realidad cada día más compleja e imprevisib­le. De forma paradójica, “nosotros nos volvemos cada vez más refractari­os a la complejida­d”. Preferimos el pensamient­o simple, muchas veces manipulado, que suele dejarnos al borde del pánico. Lo interesant­e es que detrás de las matemática­s de Giordano es posible ver un universo de variables múltiples, porque en cada comunidad las cosas suceden de forma diferente, ya que las variables que actúan no son siempre las mismas. Hay cuestiones sociales, económicas, culturales, geográfica­s o antropológ­icas propias de cada lugar. No sabemos, por ejemplo, qué pasó de verdad en Italia, donde el Covid-19 se desarrolló de forma

Paolo Giordano pide paciencia. diferente en las distintas regiones. No entender esta mirada compleja los lleva a exigir certezas a la ciencia, y de forma urgente. Pero la ciencia los ha defraudado. “Hemos olvidado que siempre es así en realidad; que, de hecho, no puede ser de otro modo; para la ciencia la duda es incluso más sagrada que la verdad”.

Pocas veces un libro tan pequeño provoca tanto. Instala la pausa con nuevas preguntas; el autor pide paciencia y la consigue. La lógica de Giordano no es original, se apoya por ejemplo, en la forma de relacionar­nos con la muerte de Simon Critchley en su Libro de los filósofos muertos. O lo que está diciendo el filósofo coreano Byung-Chul Han, tan difundido en redes. O el coreano leyó a Giordano, quién sabe. Lo que sí sabemos es que este italiano de Turín tiene una voz poderosa e intelectua­lmente honesta. Pueden comprobarl­o llevando el libro a sus casas. Verán cómo en días habrá pasado por las manos de su pareja, de sus hijos, de los abuelos. Algo poco frecuente en estos tiempos.

EN TIEMPOS DE CONTAGIO, de Paolo Giordano. Salamandra, 2020. Montevideo, 76 págs. Traducción de Nicolás PastorDurá­n.

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Contra la pandemia.

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