El Pais (Uruguay) - Revista domingo

Canícula: entre perros y estrellas

El evento climático de altas temperatur­as tiene su origen en la astronomía y, técnicamen­te, se refiere a un fenómeno que no ocurre hace varios siglos.

- EN BASE A AGENCIAS

LA TEMPORADA DE CALOR EXTREMO DURA HASTA 40 DÍAS.

Las altas temperatur­as que se han registrado en los últimos días en Europa han roto récords. Muertes, incendios y sequías no dan tregua a los habitantes de Londres, Roma y París. En ese contexto hay un término que se repite: la canícula. Aunque en América no estemos tan familiariz­ados con él, este evento climático sucede tanto en el hemisferio sur como en el norte.

Pero, ¿a qué se refiere? De acuerdo con la definición de la Real Academia Española (RAE) este es el período del año en que es más fuerte el calor.

La canícula es un periodo de varias semanas común en países de Europa, América Central y América del Norte. En esta temporada, las lluvias disminuyen y se imponen las altas temperatur­as y sequías porque los vientos alisios soplan con fuerza desde el Este e impiden la formación de nubes sobre el océano. Esto puede durar entre 30 y 40 días, como en el caso de México.

Lo más particular de este suceso es el origen de su nombre. La palabra canícula deriva de la palabra “canes”, que significa “perros”, y su alusión al fenómeno de calor abrasivo tiene una base astronómic­a, ya que se refiere a la constelaci­ón del Can Mayor (Canícula) y su estrella Sirio, cuya primera aparición en el horizonte coincidía con el fenómeno de calor excesivo. Esta aparecía junto con el Sol, lo que en esos tiempos coincidía con la época más calurosa del año en el hemisferio norte y le valió el apodo de “la abrasadora”.

Para que la ubiquemos en el cielo, está muy cerca de Orión, esa famosa constelaci­ón en la que podemos encontrar tres estrellas muy brillantes a las que llamamos “cinturón de Orión”. De hecho, Canis Mayor representa uno de los perros del cazador.

La física y máster en meteorolog­ía, Isabel Moreno, explicó en detalle a través de un hilo en su cuenta de Twitter por qué hoy no tiene mucho sentido que se siga nombrando así. Ella relata: “El hecho de que estuviera Sirio por estas fechas, conocida como ‘la abrasadora’, hizo pensar que ella y el Sol eran el motivo por el que hacía tantísimo calor. Pero ahora ya no aparece Canis Mayor. De hecho, nos tenemos que ir hasta el 15 de agosto para empezar a ver a Sirio salir al amanecer. ¿Pero qué pinta Canis Mayor en esta historia? ¿Acaso nuestros antepasado­s se lo inventaron? Pues no. Es que hace unos siglos sí se veía por estas fechas”.

¿Cómo sucede esto? Además de los movimiento­s de rotación y traslación de la Tierra, el eje también tiene una serie de movimiento­s. Lo que importa acá es lo que se conoce como precesión, que se refiere al cambio gradual en la orientació­n del eje de la Tierra, un movimiento que se completa cada 26.000 años y que provoca que no veamos las constelaci­ones exactament­e igual que nuestros antepasado­s hace unos siglos. Este movimiento hace que el eje terrestre no siempre apunte a la estrella Polar como ahora, sino que vaya cambiando de posición en el cielo haciendo un círculo enorme.

Hace unos 3.000 años, por ejemplo, la estrella Polar era la estrella Alfa de la constelaci­ón del Dragón.

De este fenómeno también proviene la frase “hace un día de perros” porque recuerda que en los días más calurosos la constelaci­ón del Canis Mayor hacía su aparición en el cielo y uno se siente como perros jadeando, sin aliento.

LOS EGIPCIOS. La constelaci­ón del Canis Mayor y su estrella más brillante han resultado de vital importanci­a para conocer los tiempos de siembra y calendario (año Sotíaco) para los egipcios. Estos no utilizaban el Sol, sino a Sirio para su año de 365 días. Su aparición marcaba el primer día del año y el comienzo de la festividad de la diosa Isis. Esto coincidía con las crecidas del Nilo, que regaba con su limo el suelo, fertilizán­dolo, así podrían tener nuevas cosechas en el otoño.

Por otra parte, tres de los cuatro canales de ventilació­n de la Gran Pirámide estuvieron en su momento orientados a las estrellas. El canal norte de la cámara del Rey miraba en dirección de la estrella Alfa de la constelaci­ón del Dragón, el canal norte de la cámara de la Reina en dirección al cinturón de Orión (las tres Marías), y el canal sur de esta cámara en dirección a Sirio.

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