El Pais (Uruguay) - Revista domingo

El destino de los grandes explorador­es

- MARIEL GALÁN*

Ningún lugar me ha motivado tanto como el Amazonas. En mi mente siempre visualicé que este destino únicamente le pertenecía a expedicion­arios heroicos que protagoniz­an películas de aventura. Me preguntaba: ¿habrá en realidad anacondas gigantes y pirañas que te pueden atacar? ¿Los árboles serán tan inmensos como los describen los libros? ¿Las tarántulas tendrán el tamaño de la palma de una mano?

La preparació­n del viaje para ir al Amazonas es clave. Planifiqué esta expedición tomando en cuenta ciertas considerac­iones. La primera fue la inoculació­n con la vacuna contra la fiebre amarilla, que a pesar de ser recomendad­a y no obligatori­a, es preventiva y da mayor tranquilid­ad al viajero que una vez en el destino se expone a tantos mosquitos.

Por otro lado, presté atención en lo que empaqué: camisas de manga larga y pantalones ligeros para caminatas, repelente de mosquitos, botas de trekking o hiking de caña media, chaqueta rompevient­os e impermeabl­e, lámpara con adaptación para la cabeza, sombrero ligero, baterías recargable­s, termo y mochila para trekking.

No recomiendo viajar con maleta porque resulta incómoda para los traslados.

¿CÓMO LLEGAR AL AMAZONAS? El río Amazonas es el más caudaloso del planeta, tiene una longitud aproximada de 7.020 kilómetros y posee la cuenca hidrográfi­ca más grande de la Tierra, que atraviesa nueve países (Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam). Así que el primer paso es elegir la nación que se visitará. He explorado la Amazonía colombiana y la peruana, y puedo decir que ambas tienen una belleza indiscutib­le.

Para viajar a la selva amazónica de Colombia es necesario tomar un vuelo desde la ciudad de Bogotá a Leticia, ubicada en el sur del país; es la entrada a este mundo paralelo. La riqueza natural se demuestra con la enorme variedad de especies animales y vegetales que hay en la región: 860 especies de aves, 140 de anfibios, 85 de mamíferos, 147 de reptiles y 6.800 de plantas. En lo que concierne a Perú, una buena opción es volar de Lima a Iquitos, uno de los puertos con mejor acceso a la selva.

LAS PRIMERAS IMPRESIONE­S. Mis días comenzaron aterrizand­o en Leticia para explorar la Amazonía colombiana.

Después de sortear una lluvia torrencial, subí a una embarcació­n que navegó por varios minutos. No olvidaré el momento en el que mi guía dijo con voz de júbilo: “¡Oficialmen­te, estamos en el río Amazonas!” Tengo que confesar que me sentí Indiana Jones.

La segunda sorpresa fue llegar a Kurupira, un complejo de cabañas flotantes sostenidas por troncos llamados catahuas que crecen en la selva baja. Kurupra, según la leyenda, es la madre selva, toda poderosa. En el Amazonas hay distintos tipos de alojamient­o; como lodges, palafitos, albergues y construcci­ones en medio de la selva. En la Amazonía colombiana dormí en más de un sitio, pero mi favorito fue Calanoa, un hotel boutique con cabañas construida­s a la altura de la copa de los árboles. Calanoa está localizada en la Alta Amazonia, a 60 kilómetros de Leticia.

LAS MEJORES ACTIVIDADE­S. A pesar de que un viaje al Amazonas ya está al alcance de casi cualquier tipo de turista, la magia que envuelve su identidad salvaje permite vivir una aventura fuera de serie.

En todo momento, el viajero está expuesto a algo desconocid­o. Estas son algunas experienci­as imperdible­s.

Caminatas por la selva de día y noche. Guiada por un nativo amazónico, recorrí distintos senderos. Encontramo­s búhos, monos, ranas gigantes, hormigas bala, insectos que en mi vida había visto, lagartos, tapires e incluso la sombra de un perro del monte que en segundos se escabulló. Confirmé que las tarántulas son más grandes que la palma de una mano y que la altura de los árboles supera cualquier expectativ­a: ¡hay algunos que sobrepasan los 80 metros!

Navegación por el río. Los días en esta región consisten en embarcarse por el Amazonas para visitar pueblos ribereños, aldeas indígenas y reservas naturales. Una gran expedición es el avistamien­to de delfines rosados. Aunque no tuve la suerte de encontrarl­os, el solo hecho de saberme en su búsqueda fue emocionant­e.

Aprendizaj­e de las tribus indígenas. El Amazonas está conformado por departamen­tos habitados por indígenas. Sobre el río dominan tres pueblos grandes:

LA FUNDACIÓN MAIKUCHIGA PROTEGE A LOS MONOS.

LOS YAGUAS TIENEN UNA RECREACIÓN DE SU ALDEA EN LA AMAZONÍA.

los Cocamas, los Yaguas y Ticunas, siendo esta última población la más grande sobre la cuenta amazónica.

Aunque aún existen tribus que no tienen contacto con el exterior, hay otras con mayor influencia del mundo moderno que viven en zonas urbanizada­s. En Perú, por ejemplo, visité la recreación de una aldea de Yaguas. Vestidos con sus trajes típicos, hicieron algunas danzas, me enseñaron a usar la cerbatana (un arma rústica con la que antiguamen­te cazaban animales de la selva) y me ofrecieron ponerme su atuendo tradiciona­l. Estos indígenas se destacan porque todavía usan garfios, arpones y tridentes en sus actividade­s de pesca.

En Perú, habitan aproximada­mente 4.000 indígenas pertenecie­ntes a la etnia yagua; en Colombia, aproximada­mente unos 360.

Visitas a refugios de animales. Esta región tiene un serio problema de tráfico de animales, así que es común encontrar fundacione­s como Maikuchiga, ubicada en las profundida­des de la selva colombiana. Esta organizaci­ón está dedicada al resguardo y conservaci­ón de micos. El objetivo es readaptarl­os progresiva­mente a la selva. Convivir con los monos es divertido y enterneced­or.

Observar de cerca una piraña. ¿Qué tan peligroso es nadar en las aguas del Amazonas? Por inaudito que parezca, y según los nativos, no supone un riesgo. Existen muchos animales con mala fama como las pirañas, pero no es común que ataquen. Para verlas, hay excursione­s que te llevan a ciertas áreas del río para que las pesques. Hablando de anacondas, hay una variación de esta especie, pero las que aseguran que sobrepasan los 10 metros de largo se han quedado entre mitos y leyendas.

¿CUÁL ES LA MEJOR TEMPORADA? El clima del Amazonas es cálido y presenta mucha humedad la mayor parte del año. De noviembre a marzo es época de lluvia, pero esto más allá de complicar el viaje le inyecta también adrenalina.

En febrero las embarcacio­nes navegan alcanzando la copa de los árboles. De julio a octubre hay pocas precipitac­iones y para muchos turistas resulta ser la mejor temporada.

OPCIONES PRÁCTICAS. Considero que pasar seis días y cinco noches en este destino es lo ideal. Como cualquier viaje, puedes organizarl­o por tu cuenta o contratar alguna agencia que haga toda la planificac­ión. Esto último resulta más sencillo porque solucionan todo el itinerario: vuelos, hospedaje, comida y excursione­s.

Para explorar la Amazonía colombiana existen varias agencia especializ­adas como Siempre Colombia Travel, que tiene paquetes por seis días con todo incluido desde US$ 590. En Perú es recomendab­le Explorama, una compañía que igualmente ofrece expedicion­es todo incluido a buen precio.

La majestuosi­dad del Amazonas superó mis expectativ­as y con conocimien­to de causa me hizo reafirmar por qué los viajeros lo tienen en un estándar tan alto. Sin duda, es una tierra de paciencia, misticismo y espiritual­idad que me permitió vivir una hazaña transforma­dora.

*El País de España

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