El Pais (Uruguay) - Revista domingo
Colonia: la primera en descentralizar esta movida
La arquitecta argentina Cristina Monmany es una eterna enamorada de Colonia del Sacramento, ciudad en la que reside desde hace cuatro años. Una vez instalada en Uruguay y como miembro del colectivo Croquiseros Urbanos de Buenos Aires, se movió con el fin de generar un encuentro regional de croquiseros. “Invité a los de Uruguay, a los de las provincias argentinas, y finalmente fuimos 127. Fue un encuentro muy hermoso y muy de hermanos”, comenta Cristina a Domingo sobre ese fin de semana en noviembre de 2018 que funcionó como germen para replicar la movida y crear Croquiseros Urbanos de Colonia, convirtiéndose en el único grupo de croquiseros en el interior de Uruguay.
Hasta esa fecha, los colonienses no sabían de qué se trataba ser croquisero, así que Cristina decidió contactar al historiador Marcelo Díaz Buschiazzo para que diera una charla informativa sobre el tema. “Fue tan lindo y sorprendente lo que significó esa movida que enseguida los colonieses me dijeron ‘Cris, arranquemos acá’. Esa sinergia de los rioplatenses hizo que empezáramos con muchas ganas”, dice quien es referente del colectivo.
Llevan 52 salidas ininterrumpidas —las hacen el último sábado de cada mes a las 14:00 horas— porque ni siquiera la pandemia los frenó. Solo suspendieron dos salidas al inicio de la emergencia sanitaria, pero luego tomaron la sabia decisión de continuar: “Nuestra actividad es al aire libre, no hace falta tener contacto cercano con el otro y fue maravilloso”, repasa Cristina.
La primera salida, cuenta, la hicieron en la plazuela del teatro, un sitio algo escondido en la callecita de Las Palmeras, y reunió a lo más allegados. Luego, gracias al boca a boca, se empezó a arrimar gente y se formó un grupo bien heterogéneo. A diferencia de lo que sucede en Buenos Aires, donde la mayoría de los miembros son arquitectos, entre los 50 integrantes del grupo de WhatsApp de Colonia hay ceramistas, artistas plásticos, profesores de arte, jardineros y fotógrafos. Es que tal como apunta Cristina, “no hace falta ninguna condición, solo que te guste dibujar y compartir, pero sobre todo animarse”.
Cristina está convencida de que la geografía de la ciudad es gran aliada para los croquiseros. “Colonia es un museo a cielo abierto, está rodeada de ríos, hay patrimonio por todos lados, tiene una belleza de naturaleza con atardeceres maravillosos. Es realmente un banquete para un croquisero porque cualquier rincón tiene una cantidad de perspectivas que cada uno elige con su técnica para su croquis”, opina.
Cristina recuerda la fecha exacta de su mudanza a Colonia y la atribuye a una epifanía que sucedió aquel 1° de junio de 2018 cuando se disponía a ir a la Facultad de Arquitectura, en Montevideo, para un encuentro de croquiseros. “Dije 'me bajo en Colonia, me quedo un rato y después sigo a Montevideo'. Hice dos cuadras cuando bajé del barco y dije 'me mudo'. Estaba en situación de darme ese regalo. Organicé todo y me mudé”, relata la arquitecta argentina.
Y cuenta que es muy común que los vecinos le expresen lo agradecidos que se sienten por su iniciativa: “Me cruzo gente en la calle que me dice ‘ay, ustedes que hacen eso que es maravilloso’. Existe en el inconsciente colectivo algo de valor hacia los croquiseros urbanos”.
Y concluye: “Nuestra actividad es colectiva, bien plural, no es competitiva (no se trata de quién hizo el mejor croquis, al contrario, nos halagamos y estimulamos unos a otros), pero es de disfrute y eso tiene un valor importante. Es un grupo heterogéneo como la ciudad, donde pasan muchos turistas y a la vez tiene su población de siempre. Son bienvenidos todos los que estén de paso o quieran venir el último sábado de cada mes”.