La mundialista que sueña con arbitrar en la A masculina

Anahí Fernández. Será la árbitra uruguaya del Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda. Ya ha hecho partidos masculinos de Segunda División, pero su objetivo es pitar en Primera.

anahí Fernández (30 años) cuenta que llegó al mundo del arbitraje de casualidad. “Fui a un partido de fútbol de la C y vi una mujer en el rol de asistente, me llamó mucho la atención y quise probar. Enseguida que salió un curso me anoté”, señala a Domingo en medio del curso de homologación de árbitros VAR.

En unos días estará viajando a Oceanía porque será una de las árbitras del Mundial Femenino que se disputará del 20 de julio al 20 de agosto en Australia y Nueva Zelanda. “Voy como árbitra de campo. Lo que no está definido es quiénes arbitran, algunas van de soporte”, aclara.

Anahí es árbitra central desde 2016 y árbitra FIFA desde 2020. En Uruguay trabaja en el fútbol femenino y masculino y lo hace en Primera División desde este año. Fue, por ejemplo, la cuarta árbitro del partido Liverpool – Nacional del Torneo Intermedio, pero ha actuado como árbitro central en partidos de Segunda División, como Miramar Misiones – Bella Vista.

Confiesa que hasta el momento se ha sentido muy bien en este rol. “Tenía un poquito de temor respecto al físico porque las mujeres tenemos que trabajarlo mucho más que los varones. Por ahora me he sentido muy cómoda, pero estoy esperando la oportunidad en Primera División para ver qué tal es la diferencia física. El cambio más grande es la velocidad del juego”, sostiene.

El Mundial Femenino no será su primera experiencia internacional ya que ha participado en algunos torneos de Conmebol y un torneo FIFA como el Mundial Femenino Sub-17 celebrado el año pasado en la India, donde ofició de árbitra central.

“Fue parte del proceso de preparación para el Mundial de Primera. FIFA hace una selección de los árbitros a medida que van viendo su trabajo tanto en los mundiales de las categorías chicas como en la preparación del árbitro a nivel local”, explica.

Anahí hizo el curso VAR en 2022, pero este año lo repitió para reforzar conceptos. Dice que lo que le interesa del VAR es ver qué se siente estar en la cabina y saber qué necesita del árbitro central. “Al árbitro siempre le gusta estar en la cancha. Luego van surgiendo cosas como el VAR, que es una herramienta que tiene mucho desarrollo, entonces está bueno también estar de ese lado”, reflexiona.

La jueza dejó su trabajo para prepararse bien para la prueba física de arbitraje, que es muy exigente. “Es una prueba de hombres y hay que preparar el físico, la mente, la alimentación, el descanso… es una combinación muy grande de cosas que lleva mucho tiempo”, asegura.

De todas formas no es de las que se opone a que mujeres y hombres hagan la misma prueba. “No se ha propuesto que nosotras tengamos una prueba especial porque en realidad creo que es justo que estés preparada físicamente igual que los hombres para estar en esa categoría. Podés querer hacer una prueba más acorde al físico femenino, pero vas a arbitrar masculino. Además, la prueba en realidad es un escalón, el verdadero desafío es la cancha. Te prepara para estar pronto para la cancha, sino podés con ella quizás vayas a un partido y no pases bien. Se puede con mucho trabajo y dedicación”, remarca.

Fuera del arbitraje está enfocada en las materias que le quedan para terminar el liceo y luego verá qué sigue estudiando. “Tengo varias cosas que me interesan, pero no sé qué posibilidades me dan de combinarlas con los viajes que salen para arbitrar. El año pasado llegué a anotarme en Magisterio, cursé un par de semanas y me salieron tres o cuatro viajes, así que no pude seguir”, cuenta.

Además del Mundial, su objetivo más cercano es arbitrar en Primera División masculina. “Luego vienen otras cosas”, dice con convicción.

Trayectoria. En lo local, arbitró en Segunda División masculina, y en el exterior, en el Mundial Femenino Sub-17.