El Pais (Uruguay) - Revista domingo
Constitución en Braille y otros desafíos
El ruido, el desorden y los recortes de cartón y papel tirados en el piso la hacen ver como cualquier imprenta. Pero esta es la única en donde se realizan puntos en relieve —automáticamente o incluso ejerciendo presión en pedales— para que luego se interpreten como letras, números, signos y figuras. La imprenta de la Fundación Braille del Uruguay (FBU) mantiene vivo el sistema de lectoescritura histórico para personas ciegas con la producción de materiales casi exclusivamente para niños desde que han sufrido el recorte de la financiación que provenía del exterior. “El Braille sufre el mismo retroceso que tiene la imprenta en general. Ahora hay mucha gente que accede (a distintos contenidos) a través de la tecnología. Nos facilita mucho la lectura pero hay cosas en las que el contacto directo entre el grafema y el fonema es insustituible”, explicó Carla Trivelli, presidenta de la FBU.
En este sentido, la especialista indicó que los contenidos en Braille para niños son indispensables.
“Tienen que aprender las letras, a unir las letras, a escribir para después pasar a las tecnologías accesibles”, contó. Pero la reivindicación del sistema táctil no se queda aquí: “No es igual la incorporación del conocimiento escuchándolo que leyéndolo. Es el caso de las leyes, del estudio del idioma español y de lenguas extranjeras, del estudio de la musicografía, de las ciencias duras como la matemática y la física. El Braille es imprescindible y, hasta el momento, es insustituible”.
Atendiendo esta realidad, la imprenta de la FBU prepara la impresión de los primeros 100 ejemplares de la Constitución de la República en Braille que serán repartidos en bibliotecas e instituciones públicas de todo el país. Esto es posible gracias a un convenio entre la FBU y el IMPO.
Por día, Nicolás, el encargado de la planta, completa la impresión de 15 libros. La tapa es a color; el resto son páginas blancas y duras para soportar el relieve de cada artículo de la Carta Magna. “Si fuera papel plástico capaz que no se rompe tanto pero ahí suben los costos. Este aguanta pero el usuario no tiene que maltratar los puntos sino no deja leer a los demás”, señaló a Domingo.
Es la primera vez que las personas ciegas y con baja visión en todo Uruguay contarán con una Constitución impresa y accesible. De esta manera, no solo se pretende llegar con el material a liceales sino también a los estudiantes de Derecho. “Si bien hay muy poca gente con discapacidad visual que llega a estudios terciarios, en las áreas donde hay más son en abogacía y psicología. Todo lo relativo a leyes les va a aportar muchísimo para su estudio”, apuntó Carla.
Por su parte, Fernando Abellá, director general de IMPO, adelantó que este convenio se ampliará a otros materiales jurídicos en el marco de la modernización institucional que lleva adelante. “Dada nuestra competencia, nuestro objetivo es brindar herramientas de acceso al conocimiento normativo para dar a conocer los derechos y obligaciones. La distribución de estos materiales nos parece clave para incentivar la construcción de ciudadanía y de democracia”, comentó.
Carla añadió: “Esta iniciativa disminuye las brechas gigantes que existen entre los materiales convencionales y los accesibles”.