El Pais (Uruguay) - Revista domingo
ERICH PRIEBKE
aprincipios de 1994, el canal ABC News resolvió hacer un especial sobre los criminales de la Segunda Guerra Mundial refugiados en Argentina. Aquella historia se convertiría en uno de los programas más famosos de los Estados Unidos, tras poner al descubierto (y luego tras las rejas) a unos de los últimos nazis de alto rango que se encontraban en libertad, el capitán de las SS y número 2 de la Gestapo en Roma, Erich Priebke, acusado de la muerte de 355 civiles en Roma en 1944.
La historia le fue asignada al productor de noticias Harry Phillips, a la periodista de investigación Dalila Herbest y al presentador Sam Donaldson, quien viajó junto a ellos a la Patagonia, el paraíso de los criminales de guerra nazis en América del Sur, para desenmascarar a Priebke. El militar retirado vivía desde hacía décadas en Bariloche utilizando su verdadero nombre, como un respetado vecino y alma mater del Colegio Alemán de la ciudad.
Luego de la emisión de aquel explosivo reportaje, Italia pidió la extradición de Priebke, la cual fue concedida por el gobierno argentino en noviembre de 1995. Pero tras su partida dejó muchas cosas en el vecino país: familiares, documentos y un álbum de fotografías inéditas sobre su vida (tres de ellas están en la parte superior de esta nota), que ahora se encuentran en manos del investigador uruguayo Héctor Amuedo.
“Las fotos del álbum las tomó un informante mío que es descendiente de un militar nazi. Lo hizo con su cámara y me las pasó, tengo el contenido prácticamente completo. Son imágenes de Priebke y su familia (su esposa y sus dos hijos siendo niños pequeños en Roma)”, comentó Amuedo a Domingo. Uno de sus hijos, Jorge, aparece en la imagen a color ubicada a la izquierda de esta nota, con el álbum familiar enfrente.
“También hay muchas fotografías de Priebke durante su servicio en Roma, bajo las órdenes del coronel Herbert Kappler. Ambos son los responsables directos de la tristemente famosa masacre de las Fosas Ardeatinas, una mina abandonada en las cercanías de Roma”, agregó el investigador.
Un segundo “pez gordo”. Aquella famosa cobertura de la ABC demandó muchos meses de investigación y una fuerte inversión que incluyó, entre otras cosas, el arrendamiento de un avión privado para llevar y sacar discretamente al equipo periodístico de Bariloche, así como el alquiler de camionetas para realizar los seguimientos. Y fue exitosa por partida doble, porque también permitió desenmascarar a un segundo criminal de guerra nazi, Reinhard Kopps, quien vivía bajo el nombre falso de Juan Mahler. Los periodistas lo detuvieron afuera de su casa y comenzaron a interrogarlo. El hombre al comienzo lo negó todo, hasta que, acorralado, admitió que era Kopps.
Lo más increíble es que al finalizar la nota llamó a Sam Donaldson para decirle algo al oído. El periodista tenía prendido su micrófono y quedó perfectamente registrado el momento en que Kopps delató a otro “pez gordo”: Erich Priebke, a quien el equipo de ABC ya tenía ubicado y abordaría más tarde, también en la vía pública. Al parecer, los motivos de Kopps para traicionar a su antiguo camarada fueron las rencillas que, por entonces, existían entre los grupos nazis que habitaban Bariloche.
“Priebke y Kappler son los responsables directos de la masacre de las Fosas Ardeatinas en la que, por orden directa de Adolf Hitler, se fusilaron a 335 miembros italianos de la resistencia como represalia a un atentado perpetrado por los partisanos con una bomba, en el que murieron 33 soldados alemanes”, comentó Amuedo, quien ha participado en varios documentales de History Channel sobre la fuga de nazis hacia Sudamérica.
Hitler ordenó que se fusilaran diez partisanos —elegidos entre los opositores italianos detenidos en una cárcel de Roma— por cada alemán muerto en el atentado. Según un documento histórico, Priebke fusiló a dos de ellos con su propia arma.