EL ALMA DEL CAFÉ

Pionera en el arte de la lectura de la borra del café, Laura Keoroglian desarrolla su actividad desde hace algunos años también en Miami.Ahora está en Montevideo, donde dictará un taller de iniciación desde mediados de años. Forma parte de una organización que realiza actividades para financiar viajes a Disney de niños curados del cáncer. La exintegrante de Buen día Uruguay (Canal 4) hace un repaso de su vida y sus comienzos en la disciplina del café. Por 20 años trabajó en la educación y fue dueña del colegio hasta que se fundió y debió rearmar su vida luego de la crisis de 2002. Encontró en la tradición armenia del café su nuevo modo de vida.

—¿Cómo fueron tus comienzos en la borra del café?

—Yo soy licenciada en educación y estuve 20 años dedicado a eso. Tuve un colegio en el Prado y mi vida iba para ese lado. En 2002, con la crisis, me fundí y por ese mismo tiempo me separé del que era mi marido. Soy armenia y en mi casa, el café es una tradición. Un día mi hermana presentó a un novio y nos reunimos a tomar café y luego, ese muchacho me dice: “¿me lees la borra?”.Yo nunca lo había hecho pero lo hice como algo lúdico y empezaron a aparecer cosas. Fue la primera vez. Después investigué mucho me formé en disciplinas espirituales y me fui haciendo camino. Luego estuve siete años en Buen día Uruguay, lo que me dio otra proyección.

—Sos autora del libro “Corazón de café” y te has transformado en una referencia regional de la disciplina, con actividades recurrentes en Miami.

—Así es. En Estados Unidos y en Miami en particular hay una apertura muy interesante hacia lo espiritual. No es lo que algunos piensan un paraíso del consumismo.

—¿Qué se lee en la borra del café? ¿El futuro?

—No, no se trata de predecir ni adivinar ahí.Yo creo que en nuestra vida hay muchos futuros y todos están escritos. Además, cada uno de nosotros tiene un código de valores que nos permiten o no cambiar de futuro. Con las figuras de la borra del café tratamos de leer esos códigos para que entiendan y eventualmente, tomar mejores decisiones.

—¿Hay muchos futuros?

—Sí. Esto se puede ver con cambios grandes, como en separaciones por ejemplo. ¿No pasa después de un divorcio que empiezan a pasarte cosas nuevas? ¿Gente nueva, actividades nuevas? Es como que cambiaste de

canal. Yo trabajé 20 años en la educación y ahora llevo casi 20 años en la espiritualidad y no me crucé nunca más con las personas con las que me había rodeado: con aquellos docentes o padres, no los vi más.Yo cambié de look también.

—¿Cómo era tu vida antes?

—Vivía muy estresada. Era la dueña del colegio, amaba lo que hacía pero no podía controlar más a la situación en el último tiempo porque me estaba fundiendo. Hoy, más allá de cualquier adversidad, hice todo un trabajo espiritual para estar más calmada y menos ansiosa.

—¿Con la pandemia, mermó la actividad?

—No, al contrario. Hubo que adaptarse. Hoy estoy haciendo muchas lecturas a distancias. Mando un instructivo del café que hay comprar (porque no es cualquiera, sino el molido impalpable) o cómo debe ser la toma. Luego me pasan fotos o videos y hacemos la lectura.

—Estás dando clases también…

—Sí, hacemos un taller de iniciación en lectura de borra del café. Lo empezamos a hacer en el Castillo Pittamiglio hace algunos años y ahora volvemos. Le llamo de iniciación porque la lectura de la borra de café requiere mucho que leas café, o sea, la práctica es fundamental. Se trata, a través de las figuras, de acercarte y llegar al corazón de la persona. El taller lo hacemos

—Estás involucrada en un proyecto que tiene que ver con niños recuperados del cáncer, ¿en qué consiste?

—Sí, soy parte de una organización que tiene muchos años, Uruguayos unidos en Miami y que tiene un proyecto lindísimo. Se trata de reunir fondos para traer a niños recuperados del cáncer a un viaje a Disney. Es