La Casa Blanca habla de “promesas rotas” y de un desplante a EE.UU.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, comentó ayer que sin una cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte la pacificación de la península será muy “difícil”.
“Contábamos con que fuera un paso importante hacia una distensión en la península coreana y el inicio de una desnuclearización”, dijo Putin al conocerse la decisión de Donald Trump de cancelar su encuentro con Kim Jong-un.
“Es poco probable que podamos lograr un avance considerable (...) en el proceso de desnuclearización” de la península, agregó.
En tanto, una portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, señaló su “decepción” por el anuncio y apuntó la necesidad de una “desnuclearización completa, verificable e irreversible de la península coreana”.
La Casa Blanca achacó la decisión de Trump a “una serie de promesas rotas” por parte de Corea del Norte, entre ellas su falta de respuesta a los intentos de Washington de preparar la reunión.
Un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, acusó a Corea del Norte de una “profunda falta de buena fe” en sus negociaciones con Estados Unidos para preparar la cumbre con Trump, y denunció que los norcoreanos dejaron “plantada” a la delegación estadounidense en una reunión preparatoria en Singapur.