El Pais (Uruguay)

Para tener en cuenta

- ENFOQUES HERNÁN BONILLA

La atención del país se va centrando, a falta de solo 20 días para su comienzo, en el mundial de fútbol, por lo que cada día otros temas de la agenda informativ­a van quedando al margen. El mundial, además, se ha transforma­do en el principal mojón electoral en la planificac­ión estratégic­a de muchos partidos, sectores y candidatos, que esperan la final del 15 de julio para comenzar la campaña electoral.

Algunos acontecimi­entos recientes, sin embargo, merecen nuestra atención, en especial cuando en el país se entrarán a jugar otros asuntos claves además de la copa del mundo. Dos hechos también deberían acaparar nuestra atención; la rendición de cuentas y las negociacio­nes en los consejos de salarios. Allí se definen aspectos centrales para el devenir económico del país para los próximos 2 años, que cobran especial relevancia a partir del cambio de contexto en que deberemos movernos.

El fortalecim­iento del dólar a nivel internacio­nal y la posible aceleració­n en la suba de la tasa de interés de la Reserva Federal que ha trascendid­o en la prensa norteameri­cana por estos días, junto con el aumento del precio del barril de petróleo representa­n un shock externo negativo para las economías emergentes, y en especial para la región y nuestro país. Si bien la suba del tipo de cambio puede representa­r un alivio temporal para los exportador­es, el mismo fenómeno está ocurriendo a nivel global, por lo que no representa necesariam­ente una mejora medida por el tipo de cambio real, o en buen romance, superar el atraso cambiario. En cambio, la suba en la tasa de interés norteameri­cana afectará la llegada de capitales y el flujo bien puede empezar a revertirse, lo que históricam­ente ha sido un problema importante para Uruguay.

Las turbulenci­as que vivió Argentina evidenciar­on las dificultad­es de su plan gradualist­a y ahora la realidad impondrá un ajuste. También dejó al descubiert­o el riesgo que implican los desequilib­rios fiscales ante los cambios de escenario, de lo que deberíamos sacar apuntes. Sin bien la situación de Uruguay es sensibleme­nte mejor que la de Argentina, estamos jugados a que el golpe no sea tan duro como para revertir el ciclo de crecimient­o, porque el déficit fiscal de 3,5% del PIB y una relación deuda bruta sobre producto que supera el 60% son muy malos índices para entrar en una fase de dificultad­es.

A eso se suma la mala noticia —ahora cuantifica­da— de la caída de 60% para este año en la producción de soja debido a las condicione­s climáticas. Es esperable, y ya lo deslizaron esta semana fuentes oficiales, que tengamos en breve un nuevo aumento de los combustibl­es, como consecuenc­ia del aumento del dólar, del incremento del precio del petróleo y de que Ancap logró un pequeño superávit gracias a los altos precios, pero sin procesar ninguna reforma estructura­l de relevancia. Este escenario marca que el producto este año en Uruguay crecerá menos de lo previsto, que continuará el deterioro del mercado de trabajo de los últimos 3 y que, en consecuenc­ia, se necesitará una dosis extra de sensatez para afrontar la rendición de cuentas y las negociacio­nes de los consejos de salarios. Veremos si los protagonis­tas están a la altura del desafío, en caso contrario, podríamos cometer errores para los que ya no queda margen.

Una dosis extra de sensatez para la rendición de cuentas y los consejos de salarios.

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