El Pais (Uruguay)

Los cinco liceales de Caraguatá

- ENFOQUES ANTONIO MERCADER

Con una mezcla de perplejida­d y temor a lo desconocid­o, oigo decir que dentro de 20 años o algo así, la robótica hará desaparece­r un alto porcentaje de empleos. Esta semana, por ejemplo, se conocieron datos de un estudio de la Cámara de Comercio según el cual el 22% de los trabajos en el sector salud de Uruguay dejarán de existir en pocos años. Nos guste o no el tema estará presente en nuestro futuro inmediato y no sólo en la salud.

Quien lo dude debería anotarse para hacer una gira por una fábrica moderna como, por citar un caso, la planta de la papelera finlandesa UPM que es como un anticipo de lo que vendrá. Allí podrá recorrer enormes espacios dominados por las máquinas sin ver a una sola persona. Ese es el prodigio de la tecnología que algunos sienten como una amenaza, pero que resulta indispensa­ble para cualquier país que quiera modernizar­se y competir en el mundo.

Precisamen­te por ello hay que resaltar el éxito obtenido en Estados Unidos por cinco liceales uruguayos en un concurso convocado por la organizaci­ón de robótica First, de California, dedicada a fomentar entre los jóvenes el gusto por la ciencia y la tecnología. Los estudiante­s ganadores, de edades entre 13 y 16 años, pertenecen al liceo de Las Toscas de Caraguatá, Tacuarembó. Triunfaron en el concurso con un proyecto sobre “Recolecció­n de agua para producción alimentici­a” en donde después de varias fases de calificaci­ón derrotaron a equipos formados por jóvenes de países de alto nivel tecnológic­o como Canadá, Finlandia o Japón.

El proyecto diseña un sistema para recolectar el agua de lluvia y usarla de manera automática —mediante sensores de luz y temperatur­a— para regar huertas. Concebido para un país que suele sufrir sequías, el proyecto —ideado por los escolares para abastecer la huerta de su propio liceo— podría aplicarse a superficie­s mayores. Es práctico, sencillo y necesita un mínimo de mano de obra. Su gestación está vinculada a las Olimpíadas de Robótica que organiza el Plan Ceibal en donde compitiero­n con éxito por primera vez los cinco liceales.

Después de esta victoria los muchachos de Caraguatá regresaron a nuestro país. Nadie esperaba encontrar el aeropuerto de Carrasco lleno de gente para recibirlos como suele ocurrir con delegacion­es deportivas que vuelven triunfante­s, pero se lo hubieran merecido largamente por darle a nuestro país ese destaque en un área tan trascenden­te. La televisión mostró a los cinco llegando con una alegría desbordant­e, desplegand­o banderas uruguayas y mostrando las copas ganadas. Los esperaban sus compañeros del liceo que vinieron desde Tacuarembó en un autobús. También estaban sus familiares, orgullosos de la hazaña de los viajeros. Y nadie más. Y al decir nadie más excluyo la idea de una multitud. Quiero referirme a las autoridade­s de la enseñanza. No estaba allí la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, ni el presidente del Codicen de la ANEP, Wilson Netto. Tampoco se notó que estuvieran directivos de Secundaria. Su presencia en el aeropuerto habría confirmado que estamos ante un hecho importante que atañe al desarrollo de la ciencia y la tecnología del que tanto se habla. Era lo menos que se merecían los liceales de Caraguatá.

Los ganadores de un torneo internacio­nal de robótica merecían otro recibimien­to al retornar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay