Cuestión de actitud.
Una investigación de la organización Orb Media, en colaboración con El País, concluye que los mayores que viven en países donde se los respeta poco están más expuestos a problemas físicos y pobreza. Está comprobado: los prejuicios en torno a la vejez inciden y mucho. En este tema, Uruguay aparece a mitad de tabla. tradición arraigada en ese país. Sin embargo, como lo señala también la profesora Mushtaq, las estructuras familiares tradicionales se alteran a medida que más personas se trasladan a las ciudades, lo que hace más difícil cuidar de los mayores; sin un sistema de seguridad social estatal, muchos adultos mayores caen en la pobreza extrema.
Japón, el país que tiene la expectativa de vida más elevada y la tasa de natalidad más baja del mundo, lleva la delantera en este cambio demográfico global. Orb encontró en ese país bajos niveles de respeto hacia las personas mayores. Kozo Ishitobi, médico de 82 años que vive en un geriátrico, indica que a los ancianos se los ha visto tradicionalmente como una carga. “Los japoneses están comenzando a darse cuenta de
Investigaciones revelan que quienes tienen opiniones favorables sobre la vejez viven mejor y más tiempo.
que las personas mayores necesitan ayuda”, declara. “Todos pasamos por eso, así que deberíamos ayudarnos unos a otros”.
MÁS QUE UNA CORAZONADA. Resulta que nuestra actitud hacia a la vejez tiene amplias repercusiones. A Becca Levy, profesora de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de Yale en Estados Unidos, le ha cautivado durante décadas entender los estereotipos en torno a la edad. Comenzó su trabajo en los 90 con una corazonada: si las personas mayores fuesen respetadas en la sociedad, quizás eso podría mejorar su autoestima. “Esto puede influenciar la fisiología de las personas mayores, lo que puede influenciar a su vez su salud”, dice Levy.
En el transcurso de los últimos 25 años, Levy y los investigadores que la siguieron han encontrado eso justamente: quienes tienen opiniones positivas frente a la vejez viven mejor y más tiempo. Son menos propensos a deprimirse o sentir ansiedad, tienen un mayor bienestar y se recuperan de manera más rápida de enfermedades discapacitantes. También, son menos propensos a desarrollar demencia y los marcadores de la enfermedad de Alzheimer.
En un estudio, Levy encontró que los estadounidenses con opiniones positivas de la vejez que fueron monitoreados durante varios decenios vivieron 7,5 años más que aquellos con opiniones negativas. Estudios en Alemania y Australia arrojaron resultados similares.
En sus investigaciones y análisis, Orb ha encontrado estos mismos efectos en otras culturas. Las personas mayores en países