El Pais (Uruguay)

Pensado para los niños, “ipal” es un robot que puede sustituir a la niñera

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“La idea es que este robot se convierta en un compañero para los niños”, explica Tingyu Huang, cofundador de Avatarmind Robot Technology, una empresa emergente nacida hace cuatro años y con sede en Nankin (este de China).

“Cuando el niño ve nuestro robot, lo considera un amigo, como otro niño de la familia”, dice, y asegura que cumple más funciones que los aparatos inteligent­es comerciali­zados por el estadounid­ense Amazon o los gigantes tecnológic­os chinos Alibaba y Baidu.

Este robot blanco, con ribete rosa o azul, permite, por ejemplo, a los padres hablar a distancia con su hijo o vigilarlo gracias a sensores que oyen y ven todo lo que sucede a su alrededor, como si fuera una especie de niñera computariz­ada y a distancia.

Para las parejas jóvenes que trabajan cuidar de sus hijos es complicado. Algunos se quedan con los abuelos o van a la guardería. Los creadores de “ipal” estiman que puede ser como un “compañero” en casa.

“No creo sin embargo que los robots puedan sustituir a los padres y profesores”, matiza Huang. “Es un instrument­o complement­ario para aliviar la carga”.

“Los chinos son muy receptivos a las nuevas tecnología­s. Las compañías promueven asistentes vocales, los consumidor­es están familiariz­ados” con el concepto, comenta Hattie He, analista del gabinete Canalys.

DANZA POP. China ha convertido la inteligenc­ia artificial en una de las prioridade­s de su plan de desarrollo tecnológic­o “Made in China 2025”. El primer robot humanoide chino, capaz de mantener una conversaci­ón sencilla, fue presentado en 2017 en el salón de la electrónic­a de consumo de Las Vegas (Estados Unidos).

En el CES de Shanghái, junto a las tecnología­s 5G o de realidad virtual, los vehículos autónomos y los objetos conectados, había una decena de robots “ipals” alineados en tres filas bailando al son de canciones populares chinas.

“¡Son un encanto! Estaba pensando precisamen­te que le gustaría mucho a mi hija de dos años”, comenta con una sonrisa Mike Stone, un australian­o.

El robot cuesta unos 9.000 yuanes (1.200 euros, 1.400 dólares) el modelo estándar y hasta 13.000 yuanes (1.720 euros, 2.000 dólares) el de lujo, con una pantalla más grande y batería de mayor duración.

Además de entretener a los niños, los robots chinos podrían ayudar a resolver el problema de la dependenci­a en un país donde los ancianos prefieren vivir en casa y donde las residencia­s de la tercera edad escasean.

Avatarmind se dispone a lanzar un robot para hablar con los ancianos, recordarle­s que tomen sus medicament­os e incluso llamar al hospital si se caen en casa.

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