Cincuentones
@“Te callás o te vas”... La sinrazón de los cincuentones. Parece ser que la palabra empeñada de Tabaré Vázquez se cotiza en solo un 90%, o sea, tiene un 10% devaluable. Causa risa que en el FA hablen del arreglo jubilatorio por los cincuentones como si fuera el resultado de alguna fórmula mágica alcanzada. Después de todo el circo que armaron con el tema, decidieron rebajarles arbitrariamente a los interesados un 10%, sin consultarles siquiera si estaban de acuerdo... y listo, fin de la historia, y que quien gane luego las elecciones, se arregle y punto.
Pero la verdad de la milanesa es otra muy diferente.
Esto no se trata de resarcir a los cincuentones, ni obedece a los escuetos reclamos o flacas marchas que algunos de ellos han realizado. Esto se trata del “Poder”, de una feroz interna política que se está dando dentro del Frente Amplio, entre astoristas y el MPP de cara a las próximas elecciones. Todas las idas y venidas con el tema no han sido más que una puesta en escena, un teleteatro para que Danilo Astori quien está desesperado por ser candidato a Presidente se saque de encima el mote de eterno “timorato” dentro del FA.
Es que si hay alguien que ostenta el fair play del perfecto Frentista, es justamente el octogenario Mtro. de Economía. Una vida política entera dedicada a votar en contra de todo lo que piensa, por la consabida “disciplina partidaria”, llegando al colmo durante el Gobierno de Jorge Batlle, de votar en Cámara y por presión de su colectivo, en contra de una Ley de Ancap que lo tuvo como co-redactor de la misma, aunque usted no lo crea. Cómo olvidarse de aquel famoso: “Te callás o te vas” que le propinó Tabaré Vázquez. O de la burla solapada que le dispensó Lucía Topolansky cuando habiendo éste perdido la interna con Mujica, entre pataleos amagó con irse a la casa, y aquella, riéndose, sentenció ante cámaras “que no pasaba nada con Danilo... pues al final todos quieren salir en la foto”, descontando la sumisión de Astori y su mansa aceptación de la Vicepresidencia, hecho que efectivamente ocurrió.
Hoy el ministro quiere cambiar su estampa de cara a la ciudadanía toda, mostrarse firme y lavar un poco su mote de eterno segundón dentro del FA, seguramente motivado por la certeza de que ésta es su última oportunidad electoral. Comunistas y emepepistas lo saben, y no quieren tampoco que quede como el “héroe” de la película que les torció el brazo, por eso rápidamente buscaron alguna pro- puesta de consenso que si bien no les beneficia, tampoco le da alas a su oponente hacia la interna. En el medio de todo este balurdo, quedan embretados los cincuentones que verán mermadas sus expectativas, y por añadidura, el estoico contribuyente que una vez más verá cómo le manotean el bolsillo sin compasión de aquí a 30 o 40 años más.