El “eterno” debate que frena una “urgencia”
¿Quién gobernará en la Universidad de la Educación?
Se necesita la Universidad de la Educación y se necesita con cierta urgencia”. La directora del Consejo de Formación en Educación, Ana Lopater, resumió en una frase algo en lo que la mayoría de los docentes, jerarcas de la enseñanza y políticos —de todos los colores— coinciden desde hace 15 años. Pero, pese a la premura y a que es una “prioridad legislativa” del Frente Amplio, hay una disyuntiva que sigue trancando la concreción del proyecto: ¿quiénes dirigirán la institución y cómo se elegirán a sus autoridades?
No está leyendo una nota antigua. Los consejeros del Codicen participaron la semana pasada de una discusión al respecto en la Comisión de Educación del Senado. El presidente del Codicen, Wilson Netto, fue el encargado de introducir el tema: “Se comparte que sea una institución con una forma de gobierno cogobernada por sus actores”, dijo. Pero aclaró que hay visiones encontradas.
Fue entonces que tomó la palabra el consejero Robert Silva: tal como está planteado el proyecto de ley “es un cogobierno incompleto”, sostuvo. Según Silva, la propuesta del Poder Ejecutivo “está hecha a imagen y semejanza de la Udelar” porque hay representantes de los estudiantes, de los docentes y los egresados. Sin embargo, no existe una participación directa de “profesionales para gobernar”, sostuvo. Y propuso que los mismos sean designados mediante venia del Senado.
El consejero Silva dijo que el sistema de la Udelar tiene sus virtudes, pero criticó que la elección sea en forma indirecta y que no se privilegie el acceso mediante concurso. También cuestionó que sea un requisito que el futuro rector o los directores de instituto deban tener experiencia en la formación en educación: “Son sabidas las bondades respecto de la interconexión y de que lleguen personas y profesionales formados de otros lugares y áreas, entonces, esta podría ser una limitante a considerar”, señaló.
La consejera Elizabeth Ivaldi, quien también representa a los docentes pero sindicalizados, manifestó una postura distinta. Para ella el énfasis está en el cogobierno, lo más independiente posible de la influencia del Estado. Incluso pidió que se incluya un artículo en el que se establezca: “La Universidad de la Educación debe enmarcarse en los principios de libertad de opinión y de cátedra, elementos fundamentales para una institución que tendrá a su cargo la producción de conocimiento”.
Para Ivaldi, lo que falla en el cogobierno propuesto es que el orden de egresados queda postergado. El consejo provisorio, dijo, incluye un representante docente y uno estudiantil; pero no los graduados que recién tendrán uno en la elección definitiva para la que pueden pasar cuatro años tras votarse la ley.
Ivaldi propuso que las asambleas técnico docentes (más conocidas por su sigla ATD) sigan vigentes hasta que se resuelva otro sistema de organización. Para la consejera estos marcos funcionan bien y no es posible borrar la historia escrita por la ANEP en la formación docente.
La consejera Laura Motta, designada por el gobierno, explicitó que es posible una universidad autogobernada y pidió que se respete el acuerdo de las mayorías. La profesora enfatizó que el Consejo de Formación en Educación puede hacer muchos cambios, pero que hay aspectos, como la investigación y la innovación, que son una cuestión universitaria.
Ivaldi, sin embargo, matizó: “No debemos caer en el error de que por pasar a otorgar títulos universitarios se solucionan todos los problemas”.