Natalicio y borrón
Hoy mismo se conmemo@|ran
254 años del nacimiento del mejor de todos nosotros en este reducido espacio geográfico.
Es evidente que no somos merecedores de su legado cuando, ni siquiera, sabemos cuidar y honrar el retazo de tierra donde alumbraron sus ojos.
Se nos va dinero en majaderías (ciclovías impracticables, por ejemplo) o nos es defraudado a manos llenas por parte de algunos (demasiados) pícaros en los cuales hemos confiado para proteger “el rico patrimonio de los Orientales”, pero somos necios, mezquinos y omisos a la hora de conservar la memoria de nuestros mayores. Mandamos a subasta, sin necesidad, los tangibles recuerdos familiares a precio miserable, cualquiera sea este.
La misma desconsideración se muestra hacia Artigas al hacer coincidir su natalicio con un mercantilista Día de...
Luego nos preguntamos, cínicamente, por qué las nuevas generaciones son refractarias a los valores sociales. ¿De qué valores me hablás? ¿Qué buen ejemplo pueden sacar de nosotros cuando nuestras enseñas patrias son solo trapos que ondean en los estadios extranjeros o en tumultuosas manifestaciones reivindicativas, mientras corremos, a conveniencia, las fechas históricas? Para un oriental, ¿debe ser lo mismo un 18 de mayo que un 21 de mayo?
Mirémonos en nuestro propio espejo y hallaremos todas las respuestas.