El Pais (Uruguay)

Ganadores y perdedores

- ENFOQUES RICARDO REILLY SALAVERRI

En el campo internacio­nal las grandes corporacio­nes multinacio­nales comenzando por el sistema financiero mundial, con los bancos centrales de Estados Unidos (Fed), Europa y Japón en la vanguardia (por encima está el Banco Internacio­nal de Pagos, con sede en Basilea, Suiza, que les aglutina junto con otras institucio­nes similares), más los gobiernos de los países desarrolla­dos y sus organismos internacio­nales satélite, vienen despojando a los estados nacionales de su soberanía. Uruguay obedece.

Nuestro país no tiene mucho peso para enfrentar las decisiones que llegan desde los centros de poder, aunque —si hubiese dignidad nacional— conservarí­a la de manejar la nave sorteando las tormentas evitando nos arrasen. Hoy, venimos siendo esclavizad­os con el buque insignia de la bancarizac­ión —una Gestapo o KGB, según guste— que implica un sistema de espionaje de la vida individual, obra del progresism­o gobernante. Asentado en una mayoría parlamenta­ria robótica. Con la excusa del terrorismo, el narcotráfi­co y la evasión fiscal, el asunto apunta a ver cómo le pueden sacar más plata a la gente de a pie. Los fuertes se arreglan solos.

La ley que obliga a profesiona­les y entidades a reportar operacione­s sospechosa­s, y la fijación de la defraudaci­ón tributaria como precedente al lavado de dinero “será muy rimbombant­e pero es «un mamarracho»”, viene de decir el Dr. Gonzalo Fernández, abogado penalista y ex secretario de la Presidenci­a y ex ministro del primer gobierno del Dr. Tabaré Vázquez.

Lo dijo exponiendo en una gremial de contadores, uno de los sectores profesiona­les que son obligados a ser espías de sus clientes para informar a la policía fiscal. Agregó: “Detrás de esta ley está el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacio­nal ) y la OCDE (Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico)” las que al igual que otras legislacio­nes que impulsan entidades internacio­nales “las elaboran expertos que casi sin excepción no pertenecen a ninguna universida­d, por lo cual uno no sabe de dónde proviene su expertise, pero que están en el negocio de elaborar leyes”. Lamentó que antes hubiese una época feliz, “en que las leyes —sobre todo las penales— las elaboraban catedrátic­os y así aparecían leyes sistematiz­adas”. Como abogado de prolongado ejercicio uno no puede menos que apoyar estas expresione­s (El País, 5/05/18).

Mientras al gauchaje nos tiran para un rincón hay gente que se va a “forrar” de lo lindo. Para los plásticos de crédito y débito las empresas precisan del arrendamie­nto de aparatos por los que pasan las tarjetas (se designan como Post of Sale —POS—, trad.: “puntos de venta”). Ahora su uso es obligatori­o y el mercado está oligopoliz­ado por dos empresas: Geocom y Scantech.

Por la ley de inclusión financiera al ser obligatori­o el uso de plástico en la actividad corriente se acrecerán los cientos de miles de aparatitos que se alquilan a razón de US$ 20 mensuales lo que genera cada cien mil arrendatar­ios... ¡un ingreso de 2 millones de dólares!

El servicio perfectame­nte podría ser prestado por Antel. Nadie se sorprenda. Hay compañeros del Frente Amplio en el negocio (“Bancarizac­ión o la máquina de hacer dinero”, Jorge Ciasullo, Correo de los Viernes).

Cuando el pueblo pierde siempre hay algunos que ganan. Progresan. ¿Qué le vas a hacer? Está cantado. Son progresist­as.

Cada maquinita que lee los plásticos obligatori­os de la inclusión financiera, cuesta 20 dólares.

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