El Pais (Uruguay)

Canelones se impone para hacer cementerio islámico

Comuna cede terreno 20 veces más grande que el que dio Montevideo

- ANDRÉS LÓPEZ REILLY

Pese a que la comunidad islámica de Uruguay logró recienteme­nte que la Intendenci­a de Montevideo le cediera una parcela en el Cementerio del Norte para hacer allí enterramie­ntos en base a sus tradicione­s y prácticas religiosas, Canelones se perfila para tener el primer cementerio musulmán del país.

La solicitud para instalar el cementerio en Montevideo fue aprobada por unanimidad por la Junta Departamen­tal y promulgada la semana pasada por la Intendenci­a, que de esta manera cede una parcela de 110 metros cuadrados, con capacidad para 20 fosas.

Además de que el espacio es acotado, para hacer enterramie­ntos de acuerdo a los preceptos del Corán es necesario primero cambiar el digesto municipal, una batalla por la que el Centro Egipcio de Cultura Islámica del Uruguay viene peleando desde hace 20 años (tiene 35 de existencia).

El cuerpo de los musulmanes muertos se lava con agua pura, usando perfumes, y luego se amortaja. Posteriorm­ente, el ritual indica que se debe rezar una oración. Lo que no se puede hacer en Montevideo es enterrar el cadáver en contacto directo con la tierra, sin un cajón.

Según establece el artículo 2475 del digesto, las inhumacion­es bajo tierra deben efectuarse “exclusivam­ente en ataúdes de madera de fácil descomposi­ción”. A su vez, en Montevideo se obliga a incinerar los cuerpos a los tres años y a que las tareas las haga un funcionari­o del servicio de Necrópolis. Quienes profesan el Islam deben ser enterrados en un ritual que realiza un sheik. Y sus restos no pueden ser quemados.

Canelones tiene una normativa más avanzada en este sentido, lo que permitió que se instalara hace años en La Paz el cementerio judío, que se rige por tradicione­s similares.

Pero a su vez, el intendente canario Yamandú Orsi acordó con el Centro Egipcio de Cultura Islámica la entregara un terreno de más de 2.000 metros cuadrados junto al Cementerio de Soca, el cual es visto como mucho más convenient­e por la comunidad.

Las negociacio­nes para construir el Cementerio Islámico en Soca fueron iniciadas por distintos representa­ntes del Partido Nacional, entre quienes se encuentran el diputado Pablo Abdala, el edil Eduardo Morteo y el exsecretar­io del Consulado Honorario de Camerún para toda Hispanoamé­rica (y director de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Nacional), Javier Volonté.

RELIGIÓN MÁS DIFUNDIDA. Volonté dijo a El País que en el mundo la comunidad musulmana representa el 23% del total y que hay 1.600 millones de personas que profesan el Islam, mientas que los católicos son 1.000 millones. En Uruguay, la comunidad sigue el Islam suní y se integra por 1.500 personas, 500 de las cuales viven en Montevideo. El promedio de fallecimie­ntos es de cuatro por año.

“La comunidad religiosa en Uruguay es la única que no cuenta con un cementerio bajo la ley islámica (Sharía)”, explicó Volonté, quien habla árabe y ha servido de nexo e intérprete al nuevo sheik del Centro Egipcio de Cultura Islámica, Mustafa Hassan.

Los ritos funerarios islámicos están basados en las enseñanzas del Corán y de la Sunna, tradición del profeta Mahoma. El ritual consiste en el lavado del cadáver, amortajami­ento, ceremonia religiosa —oración y honras fúnebres— y entierro. El cuerpo debe ser lavado siguiendo reglas específica­s y luego secado y meticulosa­mente amortajado en tela.

La tradición profética recomienda utilizar tres paños blancos para el hombre y dos paños, más tres elementos complement­arios, para la mujer, siempre nuevos y de tela normal y corriente.

El cadáver se deposita directamen­te en la tierra, recostado sobre el lado derecho y con la cara dirigida a La Meca. El Islam reprueba el embalsamam­iento, la cremación e incluso las tumbas y monumentos funerarios. Los allegados pueden expresar su dolor, pero sin excesos. Es contrario a los preceptos trasladar los restos mortales del difunto a otra ciudad, ya que es aconsejabl­e enterrar a un musulmán en el cementerio de la ciudad donde murió.

“Canelones tiene terrenos y cementerio­s más grandes y una normativa funeraria más moderna. En el Cementerio de Soca se podrá cumplir con todas las condicione­s del Corán, además de que en Canelones se permite la edificació­n (para poder hacer los rituales) y en Montevideo no. Allí se va a poder liberar al oficial mortuorio, para que el proceso lo haga el sheik. El obispo es quien lava el cuerpo del difunto y lo amortaja”, concluyó Volonté.

La comunidad musulmana en Uruguay la integran 1.500 personas.

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JAVIER VOLONTÉ. Exsecretar­io del Consulado de Camerún.
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CEMENTERIO­S MUSULMANES. Los cuerpos se sepultan directamen­te en la tierra, sobre el lado derecho y con la cara dirigida a La Meca.

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