Deloitte: economía “se enfría” en un “barrio complicado”
Prevé crecimiento de 2,4% este año; coyuntura externa es “menos favorable”
El contexto regional está “más agitado”, con Argentina y Brasil sufriendo problemas que llevan a reducir sus expectativas de crecimiento. Eso tiene un impacto en Uruguay, donde se proyecta que la economía seguirá creciendo pero a una tasa menor, ya que se prevé “un enfriamiento de los motores” que han impulsado la actividad: las exportaciones y el consumo.
Ese fue el diagnóstico que presentaron ayer los analistas de la consultora Deloitte en un desayuno para clientes, donde comunicaron que esperan que la actividad se expanda al 2,4% este año y al 2,5% el próximo.
El análisis comenzó poniendo el foco en el panorama global, donde “se viene configurando un cambio significativo” en los últimos meses del contexto financiero —expectativas de que la Reserva Federal (Fed) estadounidense acelere el proceso gradual de suba de las tasas de interés, volatilidad en los mercados, fortalecimiento del dólar y salida de capitales desde los emergentes. Aunque la economista Tamara Schandy dijo que estas variaciones “son de mucha menor intensidad” que en épocas pasadas.
Pese a ese matiz, sostuvo que la región “tuvo una reacción particularmente severa” a estos cambios internacionales ya que “sumó serias vulnerabilidades” internas.
Esto provoca “un contexto desafiante” para Uruguay, dado que “la coyuntura externa es notoriamente menos favorable que el año pasado”. Aparte los países vecinos “se están abaratando en dólares” al devaluar su moneda, y aunque Schandy previó que en Argentina hay margen para que la divisa continúe apreciándose, esto suma dificultades de competitividad para la economía local.
Pese a esto, la analista dijo que la “clave” para Uruguay es que “las tasas de interés siguen siendo bajas en una perspectiva histórica” por lo que debido a la buena calificación crediticia no sufrirá grandes impactos en el costo de financiamiento.
EL BARRIO. “Se mantiene una perspectiva positiva de crecimiento mundial, solo en la región hay correcciones a la baja”, expresó Schandy y remarcó que eso nos hace estar “en un barrio complicado, en crisis”.
Las economías vecinas comparten problemas como el déficit fiscal y un nivel alto de deuda pública, a los que el gobierno de Mauricio Macri le suma el déficit de cuenta corriente.
“Había expectativas en Argentina y Brasil de que el 2018 fuera un año bueno. Se empezaron a deteriorar con la sequía y eso se intensificó en mayo con el (nuevo) contexto internacional”, repasó.
Al otro lado del Río de la Plata están creciendo “las previsiones inflacionarias” por el aumento del dólar, lo que impactará en el salario real y por ende en el consumo, haciendo caer (junto a otros factores) la previsión de la actividad a una tasa de 1,3% este año —puede haber incluso alguna caída del registro trimestral, advirtió.
Mientras, en Brasil persisten “las dudas sobre la perspectiva de recuperación económica”, a lo que se agrega “una alta incertidumbre política” ya que el expresidente Lula da Silva (en prisión) es el mayor candidato de cara a las elecciones de octubre. Los analistas brasileños al inicio del año preveían que la economía creciera al 3% y ahora el consenso se ubica en 1,9%.
ACTIVIDAD. La analista Florencia Carriquiry sostuvo que el último dato del Producto Interno Bruto (PIB) —aumentó 2,2% interanual y 1,1% desestacionalizado— “confirmó un crecimiento a tasas menores que al inicio de 2017, cuando rebotamos tras un estancamiento”.
Sin el efecto refinería (la planta de Ancap permaneció cerrada entre mediados de febrero y octubre de 2017 entonces al volver a producir genera un desfasaje estadístico) la actividad se expandirá 1,7% según Deloitte, lo que es “aproximadamente la mitad de (la tasa de) 2017, es decir un enfriamiento importante”.
En 2019 la economía se beneficiará “del rebote del sector agrícola” tras la “pésima cosecha” de soja por el clima. Ese producto, de los principales que vende Uruguay al exterior, incidirá para que “el dinamismo exportador de 2017, que se mantuvo en lo que va de 2018 no se sostenga el resto del año”, explicó Carriquiry.
Al deterioro de ese “motor de la economía”, se anexan “señales de enfriamiento del otro motor que es el consumo privado”, ya que la consultora prevé “una moderación del salario real” asumiendo que la ronda de negociación transcurra alineada a los lineamientos oficiales y una mayor inflación producto del fortalecimiento del dólar (que también impacta en las expectativas de los consumidores y sus decisiones).
“Dinamismo de las exportaciones no se va a sostener por el resto del año 2018”