VARIOS PAÍSES MULTAN A LOS CLIENTES QUE PAGAN POR SEXO
Hace dos décadas que distintos países debaten la legalidad de la prostitución. Las corrientes son tres. Por un lado está el modelo de Alemania y de Holanda, que establecen zonas y lugares para este trabajo. En Holanda los trabajadores realizan sus aportes a la seguridad social.
Sin embargo, la trata creció y las autoridades tuvieron que idear un proyecto paralelo para controlarla.
Por otro lado, desde 1999 Suecia multa a quienes pagan por sexo, por considerar que es una expresión de violencia hacia la mujer. Es un delito, y la pena podría ser de hasta un año en prisión. Este modelo fue replicado en Noruega, Islandia, Corea del Sur, Canadá, Sudáfrica, Singapur, Israel y Francia, donde la multa asciende a 3.750 euros. Pero la clandestinidad empezó a multiplicarse allí gracias a internet y dicen que, en consecuencia, se convirtió en una actividad peligrosa para quienes la practican.
Un tercer camino es el de Finlandia, un híbrido que castiga la compra del servicio sexual solo cuando el trabajador es víctima de las redes de trata.
En Uruguay las trabajadoras están a favor de la reglamentación. Entre las activistas, se quiere discutir una postura que concilie la reglamentación pero con una perspectiva abolicionista a futuro.