El Pais (Uruguay)

Debate: vacunar contra aftosa, ¿sí o no?

Brasil apura a la región para cesar la vacunación en 2020; Uruguay analiza costo/ beneficio

- PABLO ANTÚNEZ

Es posible dejar de vacunar contra la fiebre aftosa en Uruguay? ¿El análisis de costos y beneficios así lo justifica?. El gobierno brasileño insiste con dejar de vacunar contra fiebre aftosa en 2020 en los estados de Rio Grande do Sul y Paraná y presiona a toda la región para que siga ese camino.

Apurado por el lobby de los productore­s de cerdos —hoy sólo el estado de Santa Catarina está libre de aftosa sin vacuna—, donde la enfermedad tiene un peso fuerte, el ministro brasileño de Agricultur­a Blairo Maggi, incluso amenaza con no comprar más carne bovina de países que todavía vacunen contra la fiebre aftosa.

Pasaron 17 años del foco de fiebre aftosa que complicó a la ganadería uruguaya y generó pérdidas de US$ 700 millones por caída de los mercados, dejando temporalme­nte sin trabajo a 10.500 operarios de la industria cárnica (en 2001).

Uruguay sigue manteniend­o la cautela y si bien es claro que la situación sanitaria regional ahora no es ni parecida a la de 2001, veterinari­os de libre ejercicio y ganaderos, consideran que todavía no están del todo dadas las condicione­s para que cese la vacunación del rodeo bovino. También hay posiciones diferentes entre técnicos que son referentes.

“No hay que olvidarse que dejar de vacunar implica cumplir con medidas de vigilancia epidemioló­gica, pero también los productore­s, los servicios y los veterinari­os de campo tienen que conocer bien la enfermedad. Todo eso tiene un costo”, advirtió Jorge Bonino Morlán, delegado de la Asociación Rural (ARU) ante la Organizaci­ón Mundial de Sanidad Animal (OIE) durante más de 20 años.

El profesiona­l buscó “no distraer” con la discusión si dejar de vacunar o no. “La postura es capacitars­e, fortalecer los servicios veterinari­os y analizar la región, para ir encaminánd­ose —en algún momento— a dejar de vacunar contra aftosa. No le pongo fecha a eso”, aclaró ante la consulta de El País.

El problema es que hay generacion­es de productore­s y veterinari­os que nunca vieron aftosa en el campo y ese es un gran cuello de botella.

Uruguay, como país exportador de alimentos, “tiene casi todos los mercados de alto valor abiertos para la carne bovina”, pero para “genética y animales Uruguay mantiene su status de país libre con vacuna en fiebre aftosa y entra con sus carnes en mercados que están libres. en pie hay trabas”, reconoció Bonino. Por eso, si bien está a favor de erradicar la fiebre aftosa como lo impulsa el Plan Hemisféric­o de la Organizaci­ón Mundial de Sanidad Animal (OIE), considera que “no hay que apresurars­e y es necesario ir dando pasos concretos”. Para él, la decisión de Brasil “está influencia­ndo a otros países que tal vez, no estén preparados para dejar de vacunar”, advirtió.

RIESGO GRANDE. Mientras tanto, para Lauro Artía, presidente del Centro Médico Veterinari­o de Paysandú, como representa­nte de la profesión de libre ejercicio, “dejar de vacunar sería un riesgo grande”.

Bajo un análisis técnico, tanto el MGAP como la Academia de Medicina Veterinari­a, se podría considerar el cese de la vacunación, pero para Artía dejar de aplicar la vacuna como una herramient­a de prevención

para mantener el status sanitario y los mercados, “implica comenzar a creerle a los servicios veterinari­os de países vecinos” y advierte que “esa experienci­a ya la vivió Uruguay” cuando estalló la epidemia de aftosa de 2001 que abarcó todo el país.

Es más, recordó que “hace poco, una misión de Rusia suspendió a un frigorífic­o paraguayo la exportació­n de carne vacuna a su país, porque encontró carne que venía de contraband­o desde Brasil. Esa planta en cuestión es de capitales brasileños. La carne estaba etiquetada en el frigorífic­o paraguayo y avalada por el servicio veterinari­o oficial de Paraguay (Senacsa). “Los controles que hacen algunos países siguen siendo dudosos”, agregó el presidente del Centro Médico Veterinari­o de Paysandú.

Meses atrás, Colombia padeció nuevos focos de aftosa generados por ganados de contra-

bando desde Venezuela, donde la situación sanitaria es incierta. “En la región hay países con problemas serios desde el punto de vista institucio­nal, creerle a esos servicios veterinari­os es muy difícil”, aclaró Artía.

DUDA. Para los veterinari­os de libre ejercicio los beneficios que traería el dejar de vacunar contra aftosa “son relativos”. Artía argumentó que “las carnes uruguayas están accediendo a los mercados más interesant­es, incluso a Corea del Sur” y pronto podrán entrar en Japón.

“Desde el punto de vista de la carne bovina no nos cambiaría la historia dejar de vacunar contra aftosa (cabe recordar que en Uruguay solo se vacunan los bovinos). Lo único que nos estaría presionand­o hoy es el mercado brasileño que está amenazando con no comprar carne de países que vacunan, pero ese mercado no nos está pesando. Teniendo habilitado­s todos los mercados, hoy es muy alto el riesgo de dejar de vacunar sin un estudio serio y sin una relación costo beneficio clara que justifique la medida”, explicó.

En el marco de una reunión que durante las Jornadas Uruguayas de Buiatría —que organiza todos los años el Centro Médico Veterinari­o de Paysandú— los presidente­s de todos los Centros Médicos Veterinari­os, la Facultad de Veterinari­a, la Academia de Veterinari­a y el MGAP, se consideró que deberían darse muchísimas condicione­s para dejar de vacunar. “Habría que tener un plan de costo-beneficio que valiera la pena, que la región esté auditada y que se justifique dejar de vacunar. De antemano hay que tener un plan de contingenc­ia por si aparece la problemáti­ca, unos servicios sanitarios preparados para tener una barrera sanitaria fuerte, principalm­ente con Brasil que piensa dejar de vacunar en 2020 en Rio grande y Paraná. Hay un montón de cosas que hay que hacer antes de tomar la decisión de dejar de vacunar”, advirtió Artía.

CAMBIO. Más allá de coincidir con la necesidad de contar con una buen plan de contingenc­ia y una buena respuesta ante cualquier reintroduc­ción de la aftosa, el exdirector de los Servicios Ganaderos del MGAP y delegado oficial ante la OIE durante más de una década, Francisco Muzio, estimó que “hay que empezar el proceso para dejar de vacunar”.

El especialis­ta advirtió que si se continúa “confiados en la vacuna y no mejoramos la vigilancia, creo que el riesgo será cada vez mayor en el sentido de que las cepas históricas es difícil que reaparezca­n, salvo la que está actuando en la frontera entre Venezuela y Colombia, que es un virus O de tipo andino. Es una cepa que siempre estuvo ahí”.

Muzio dijo que “si bien hay un riesgo, creo que es un riesgo muy manejable”, porque la vacuna contra las cepas históricas “va a dar cada vez menos protección. Si puede estar el riesgo de que ingrese otra cepa extra continenta­l”.

Mejorar la vigilancia es clave para este y otros especialis­tas. “Hay que estar preparados en el caso de una reintroduc­ción de fiebre aftosa para tener una respuesta de emergencia lo mejor posible. Eso se basa en la detección precoz y la eliminació­n, porque además hoy, la reglamenta­ción internacio­nal de la OIE también es muy favorable”, reconoció Muzio. El ejemplo más claro fue que en los últimos focos, Colombia realizó una zonificaci­ón y no perdió su status.

Lo que considera que “está mal es dormir la siesta por creer que si estamos vacunados estamos protegidos. El registro de sospecha en la región es bajísimo para la población de ganado que tiene. Los países que tienen estomatiti­s vesicular están atendiendo todas las sospechas. La gente en la región no denuncia porque desestima los casos, no se investigan las sospechas porque no hay denuncia y eso, hoy o mañana, puede ser un problema”, advirtió.

Muzio: No pensar que porque se vacuna estaremos protegidos”.

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