Un escenario complejo en el que tienen peso los líderes territoriales
Hasta el 5 de julio, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y los otros cinco candidatos buscarán apoyos. Como los afiliados tienen que especificar su deseo de participar en el proceso, Cospedal cuenta con la ventaja de las alianzas que ha tejido en los últimos diez años con los cargos orgánicos más importantes. Según fuentes del PP, Sáenz de Santamaría podrá compensar esa ventaja gracias a su sintonía con el coordinador nacional, Fernando Martínez Maillo, y al apoyo de exministros como Álvaro Nadal y Fátima Báñez. A esa batalla no se presentará la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Prioriza que el PP mantenga el control de la Cámara. El partido queda huérfano de la única figura de consenso con el ascendiente suficiente para evitar una guerra total.
Nadie en el PP se atreve a aventurar cuánto valen realmente los apoyos de cada aspirante. Aunque los exministros tienen capacidad de arrastre, también pesan los líderes territoriales. Cospedal tiene la complicidad de las organizaciones de Madrid, Navarra o Castilla-la Mancha. Sáenz de Santamaría tiene predicamento en el País Vasco y Castilla-león. Pablo Casado tiene capacidad para captar votos en distintos territorios. Y hay comunidades clave que están indecisas —Galicia—, divididas —Andalucía, Cantabria y La Rioja— o a la expectativa —Comunidad Valenciana, Murcia, Extremadura y Cataluña—. Un complejo escenario.