EXPERIENCIA
Actualmente es vicepresidente de Desarrollo Sostenible de CAF desde junio de este año. Integra el staff de CAF desde 2007 desarrollando tareas en Caracas y en Montevideo, donde se desempeñó como Director de Infraestructura de la Región Sur, como Ejecutivo Senior de Infraestructura y como Ejecutivo Principal de Microfinanzas y acceso al financiamiento.
Con anterioridad fue consultor sobre Desarrollo Sustentable del BID en Washington, Economista Senior de la Fundación Mediterránea de Córdoba, Consultor Senior de la Academia de Excelencia y Justicia en Educación de San Diego, California, y director de Economía y Finanzas del Gobierno de San Luis, Argentina. Es economista por la Universidad Nacional de Córdoba, con un MBA con especialización en Finanzas Corporativas de la Universidad Estatal de San Diego, California, un Diploma en Financiamiento de Infraestructura de la Universidad Politécnica de Madrid y estudios sobre Formulación y Evaluación de Proyectos de Infraestructura en la Fundación Ceddet de España. CAF— en fortalecer un sistema de información que permita identificar, de manera temprana, jóvenes en riesgo de desvinculación, y en consecuencia asignar intervenciones coordinadas de políticas de acompañamiento a jóvenes en los liceos y escuelas técnicas.
—Un joven latinoamericano no es más ni menos inteligente que uno europeo o asiático. ¿Por qué, entonces, América Latina está tan rezagada en la culminación de la educación obligatoria?
—Durante las últimas décadas, los sistemas educativos en América Latina se han caracterizado por aumentos importantes en las tasas de cobertura. En estos años, la educación primaria alcanzó una cobertura casi universal, se observó un crecimiento sostenido de la cobertura en secundaria y, en muchos países, se elevó notablemente la fracción de niños asistiendo a instituciones de educación para la primera in- del cual más recursos no se traducen necesariamente en mejores resultados. Pero todos los países de América Latina se encuentran por debajo de este umbral, mientras que la mayoría de los países europeos y asiáticos se encuentran por encima. Dicho esto, también hay evidencia de que América Latina tiene espacio para mejorar la eficiencia del gasto, cómo se asigna, se utiliza y se gestiona.
—Al igual que en Uruguay, las mujeres de la región abandonan menos que los hombres. ¿Cuál es el motivo?
—Las razones para desvincularse de los estudios difieren, según género y, en consecuencia, es clave desde la definición política incorporar dicha perspectiva. En el promedio de la región, las razones más importantes para que las jóvenes adolescentes abandonen la educación media refieren a situaciones de embarazo o la necesidad de disponer de —Es difícil precisarlo, pero entender que prácticamente el 50% de la población de América Latina corresponde a jóvenes de menos de 25 años, nos permite por un lado entender y atender la oportunidad de contar con una población en edad de trabajar creciente en relación a la población dependiente, con la potencialidad de crear un dividendo demográfico que contribuya a mejorar la productividad. Pero, por el otro, el fenómeno de desvinculación escolar temprana de una buena parte de esos jóvenes tiene serias repercusiones en la productividad, habida cuenta de que esa potencial oferta laboral no contará con competencias afines a mercados laborales complejos y cambiantes, probablemente podrán aspirar a trabajos de bajo valor agregado, con altos índices de informalidad y consecuente desprotección desde la cobertura social. En Uruguay ocurre algo similar, se habla de que Uruguay está transitando por el “bono demográfico”, dado que se observa un aumento transitorio de la población en edad de trabajar respecto a la población de menores y adultos mayores. Esto constituye una ventana de oportunidad para el crecimiento económico y la productividad del país, siempre y cuando la población cuente con las habilidades que les permitan generar o insertarse en empleos de calidad.
Uruguay ha logrado subir la tasa de ingreso a la educación”.