Cristina K busca desacreditar las denuncias: “A mí nadie me pagó”
La expresidenta vuelve a criticar a Macri, al juez, al fiscal y a los medios de comunicación
Cuatro días después de declarar como indagada por el caso de los cuadernos de las coimas, y mientras espera que el Senado habilite el allanamiento de sus viviendas y su despacho en el Senado, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió ayer viernes con fuerza a responder a los empresarios “arrepentidos” que están colaborando con la Justicia y reconociendo que pagaron dinero en negro a funcionarios de los gobiernos kirchneristas. Además, volvió a disparar sus dardos contra el gobierno de Mauricio Macri, el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, y criticó la cobertura de los medios sobre los escándalos de corrupción que la involucran.
Esta fuerte salida de Cristina Kirchner se da después que un empresario declarara que pagó para que su gobierno aprobara un decreto a fin de prorrogar la concesión de la explotación de la Hidrovía del Río Paraná. Gabriel Romero, uno de los empresarios “arrepentidos”, declaró ante la Justicia haber pagado una coima de 600.000 dólares por ese decreto.
A través de su página de Facebook, Cristina publicó ayer una carta titulada “Sobre pijamas, dormitorios y decretos en la Argentina macrista arrepentida”, en la que acusó al fiscal Stornelli y al juez Bonadio por “el evidente manejo extorsivo de la figura del arrepentido”, acusación que extendió también a la cúpula del Poder Judicial, a los medios de comunicación y al Gobierno de Macri por dar su “beneplácito” a una situación “escandalosa”.
El texto comienza con Cristina Kirchner minimizando las revelaciones de los cuadernos de las coimas y concluye denunciando la “catástrofe económica y social” de Cambiemos, el grupo político que lidera el presidente Macri. Pero el eje está puesto en señalar que la firma del decreto 113/10, que extendió hasta 2021 la concesión para el Grupo Emepa de la Hidrovía del Río Paraná, fue el resultado de un proceso que incluyó una resolución de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), seguida de dictámenes de la Procuración del Tesoro, de aportes de la Cancillería y de la intervención del Congreso.
La expresidenta aduce que, por todo ese proceso, estaba “obligada” a firmar el decreto.
“En un verdadero menú de ‘arrepentidos’ a la carta, el Sr. Gabriel Romero dice haber pagado dinero por la firma de ese decreto que (...) era para mí obligatorio firmar”, señala la exmandataria. “Sería muy interesante que el Sr. Romero indicara a quién y cómo le pagó, porque a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos”, sostuvo, para elevar la apuesta: “Al contrario, los problemas judiciales que tengo son por haber afectado intereses económicos concentrados y hegemónicos muy poderosos”.
El primer párrafo de la carta está dedicado a relativizar la causa que instruye Bonadio y a ningunear tanto al chofer Oscar Centeno —autor de los cuadernos que detallan el cobro de las coimas—, como al extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales (Occovi) Claudio Uberti, quien relató la existencia de bolsos con dólares por sumas millonarias en el dormitorio del departamento de Recoleta de los Kirchner. “He decidido no hacer comentarios sobre remiseros ‘arrepentidos’ que dicen haberme visto en pijama, ni tampoco opinar sobre exfuncionarios de cuarta línea, también ‘arrepentidos’, que nunca formaron parte de mis dos presidencias, pero que describen excursiones casi turísticas en mi dormitorio”, comienza la publicación de Cristina Kirchner, que justificó su reacción y la publicación de la carta por la “indignación” que le produjeron las noticias sobre la confesión del empresario Romero.
El escándalo de los sobornos ha dejado multitud de empresarios y exfuncionarios detenidos y salió a la luz por los cuadernos que Centeno, un chofer del Ministerio de Planificación escribió durante más de una década, en los que contaba cómo llevaba bolsas con dólares que empresarios destinaban a miembros del kirchnerismo, entre ellos, Cristina y su fallecido esposo, Néstor Kirchner.
Hasta ahora, varios empresarios “arrepentidos” —figura legal que otorga beneficios penales para los que colaboren con la Justicia— fueron puestos en libertad condicional, entre ellos Ángelo Calcaterra, primo del presidente Macri y expropietario de la constructora Iecsa, que declaró que fue presionado para aportar pagos a las campañas electorales kirchneristas.
“AL BORDE DEL ABISMO”. También el Partido Justicialista (PJ) criticó al Gobierno de Macri y cuestionó las investigaciones judiciales a Cristina. “Vemos que Argentina afronta una situación de extremo peligro por culpa de malas decisiones de Gobierno, que la ponen al borde de un abismo”, dijo el Consejo Nacional del PJ en un documento.
Los líderes del peronismo aseguraron que existen “estrategias” dirigidas a “proscribir y perseguir a dirigentes políticos, sociales y sindicales de la oposición” y denunciaron que “se está relajando el estado de derecho”.
“Hoy van contra Cristina Fernández de Kirchner, pero en realidad van contra el peronismo, que es el único partido político de oposición que tiene este Gobierno”, sostuvieron.
En una rueda de prensa, el presidente del Consejo Nacional del PJ, José Luis Gioja, sostuvo que Argentina atraviesa una “situación grave”, una “crisis estructural consecuencia de un mal gobierno” de Macri, quien asumió la Presidencia a finales de 2015, tras doce años y medio de kirchnerismo en el poder. “Pedimos que cambien de rumbo”, dijo el dirigente, quien además denunció que se “usa un sector de la Justicia” para “hostigar”, “perseguir” y “complicar a quienes hacen oposición hoy en Argentina”.
El Justicialismo dice que van contra ese partido por ser el único de oposición.