Piensan un futuro con drones para combatir el abigeato
Oscar Franquini, directivo del Centro Comercial e Industrial que reúne a 430 comercios de todos los tamaños, tiene la difícil tarea de integrar la comisión de seguridad rural. Según él, en la ciudad las cámaras disuaden a los delincuentes de cometer delitos: “Han bajado notoriamente las roturas de vidrieras de comercios y el daño a coches”. Pero en medio del campo, ¿dónde podrían colocarse los dispositivos para que el monitoreo sea efectivo si las distancias son kilométricas? Por ahora este es el punto ciego de los sistemas de videovigilancia, “salvo que en algún momento se coloque un dron que sobrevuele de forma permanente el territorio”, sugiere.
Por eso, cada 15 días esta comisión se reúne en distintos puntos del departamento y cita a los vecinos cercanos. Son reuniones concurridas: van representantes de la Asociación Rural, de la Sociedad de Productores de Leche, de la Intendencia, de la Federación Rural, van los fiscales, los ediles, autoridades de la Salud, Jefatura y representantes del Instituto Nacional de Carne.
El objetivo es discutir cómo combatir un mal viejo y de todos los días: el abigeato. El robo de novillos (el valor de cada uno ronda los US$ 500), vacas, terneros y ovejas (US$ 60) representa también un problema de competencia desleal y de salubridad.
La carne robada se vende en algunos comercios a precios más baratos: “Un kilo de milanesas que suele valer $ 240 se vende a $ 120 o a $ 90”, cita Franquini como ejemplo.
El peligro está en que muchas veces los ladrones faenan animales que pueden estar recibiendo antibióticos. Según él, esto está relacionado al alto número de floridenses enfermos de cáncer.