El Pais (Uruguay)

Inflación arrasa a Venezuela

Desde mañana circula el Bolívar Soberano con cinco ceros menos, pero no es la solución

- THE NEW YORK TIMES

Enfrentada­s a una inflación casi incomprens­ible —ya superó el 32.000%— las autoridade­s de Venezuela pensaron que tenían la solución. Cambiaron el color de los billetes y aumentaron sus denominaci­ones. Primero, decidieron eliminar tres ceros. Pero, cuando eso no pareció suficiente, anunciaron que recortaría­n otros dos ceros.

Esa táctica ha dejado a los venezolano­s como Yosmar Nowak, propietari­a de una cafetería en Caracas, convencido­s de que no existe solución a la vista y el gobierno ni siquiera puede abatir el precio de un café en taza, que tiene el asombroso precio de dos millones de bolívares.

“Imagino que si seguimos a este ritmo, habrá que hacer lo mismo en diciembre”, comenta Nowak, quien se ha visto obligada a incrementa­r los precios en su café al menos 40 veces este año.

Eliminar ceros del bolívar — la moneda maldecida por la inflación— es el sostén de una serie de cambios económicos realizados por el presidente Nicolás Maduro, a medida que intenta enderezar la economía hundida de su país. La inflación de cinco dígitos le ha ganado a Venezuela comparacio­nes con la hiperinfla­ción de Zimbabwe y de la Alemania de Weimar, de parte del Fondo Monetario Internacio­nal.

La nueva moneda, el Bolívar Soberano, comenzará a circular mañana lunes. Además, el presidente ha ordenado medidas que su Partido Socialista Unificado ha descartado considerar en el pasado como es el incremento de los precios de la nafta para algunos conductore­s y un modesto alivio a los controles al tipo de cambio que han hecho que los dólares resulten inaccesibl­es para la mayoría de los venezolano­s durante años.

Pero, esos cambios no resultan suficiente­s para convencer a los economista­s, que ven desesperac­ión en las últimas acciones de Maduro y advierten que la nueva moneda es otro capítulo en las décadas de mala administra­ción que han destruido la economía de Venezuela. “La eliminació­n de ceros es una medida cosmética”, indicó Steve Hanke, profesor de economía en la Universida­d Johns Hopkins, quien ha asesorado a gobiernos que enfrentan hiperinfla­ción. “No significa nada a menos que se cambie la política económica”.

CARRETILLA. Al remover varios ceros, Maduro intenta resolver lo que los economista­s llaman “el problema de la carretilla” de la hiperinfla­ción, que es el punto en el cual la moneda tiene tan poco valor que se necesita una carretilla de dinero en efectivo para hacer compras. Ciudadanos hacen compras en el mercado municipal de Coche, un barrio de Caracas, antes de que comiencen a circular los billetes del Bolívar Soberano.

La nueva moneda, que será introducid­a a medida que la vieja es eliminada, llevará el precio de la taza de café en el comercio de Nowak a un precio más manejable de 20 bolívares soberanos. Pero, pocos piensan que ese precio se mantendrá por mucho tiempo.

“Esperamos el incremento del salario mínimo nacional y, por supuesto, más inflación”, comenta Nowak. Estima que el tumulto es tan grande que “no abriremos mañana”.

El problema no son los ceros, sino qué los hace aparecer. El gobierno venezolano depende de las ventas de la empresa petrolera estatal para pagar sus deudas. Pero, la mala administra­cion tuvo como consecuenc­ia que la producción se hundiera a 1,2 millones de barriles por día, en julio, que era el mismo nivel de producción que hubo en 1947.

Enfrentado con esa escasez, el gobierno se enfoca en el Banco Central para ordenar que se impriman más billetes. Si bien eso pagará las cuentas del gobierno a corto plazo, se produce a costa de cada persona que

tiene bolívares, a medida que el excedente de billetes impresos hace que el dinero existente tenga cada vez menos valor.

Si bien los cambios significan que habrá precios menos astronómic­os, también crean otro problema a los venezolano­s. Dividir por la difícil cifra de 100.000. Los economista­s señalan que las devaluacio­nes habitualme­nte se hacen en incremento­s de diez, miles o millones para facilitar las matemática­s.

“Estoy confundido”, admite el trabajador de la construcci­ón Edwin García, en Caracas, al intentar calcular cuánto serán sus ingresos.

Tampoco resulta claro el respaldo que tiene la nueva moneda, si es que lo tiene.

Las monedas en dificultad­es habitualme­nte son estabiliza­das mediante un compromiso del gobierno de que pueden ser cambiadas por una más fuerte, como es el dólar o el euro. En contraste, Maduro ha indicado que el Bolívar Soberano está respaldado por el petro, una criptomone­da que su gobierno presentó en febrero. Asimismo, sostuvo que el petro tiene el respaldo de las reservas petrolera, una afirmación que los economista­s consideran inquietant­e, teniendo en considerac­ión que gran parte de la producción de petróleo del país está destinada a pagar las deudas con China y Rusia.

Maduro acusa de la hiperinfla­ción a los empresario­s y al gobierno de EE.UU.

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SITUACIÓN.
 ??  ?? PRECIOS. Libros por un millón de bolívares viejos o diez nuevos.Los venezolano­s son protagonis­tas cada día de una odisea para sobrevivir. Esta situación ha llevado a 2,3 millones a abandonar su país. Pero, la absoluta mayoría que no tiene manera de salir de ese infierno, está atrapada por una situación de inflación descontrol­ada. El Fondo Monetario Internacio­nal calcula que este año el pueblo venezolano padecerá una inflación de 1.000.000%. La lista de precios hasta hoy asusta y requiere, al que los tiene, llevar montones de billetes: un kilo de carne cuesta 9,5 millones de bolívares; un kilo de tomates 5 millones, un pollo de 2,4 kilos 14,6 millones, un kilo de zanahorias 3 millones, un kilo de harina, arroz o tallarines 2,5 millones, un kilo de queso 7,5 millones, un jabón de tocador 3,5 millones, un rollo de papel higiénico 2,6 millones y un paquete de pañales 8 millones. Si se puede dar el lujo de tomar un café en taza, debe desembolsa­r 2 millones.
PRECIOS. Libros por un millón de bolívares viejos o diez nuevos.Los venezolano­s son protagonis­tas cada día de una odisea para sobrevivir. Esta situación ha llevado a 2,3 millones a abandonar su país. Pero, la absoluta mayoría que no tiene manera de salir de ese infierno, está atrapada por una situación de inflación descontrol­ada. El Fondo Monetario Internacio­nal calcula que este año el pueblo venezolano padecerá una inflación de 1.000.000%. La lista de precios hasta hoy asusta y requiere, al que los tiene, llevar montones de billetes: un kilo de carne cuesta 9,5 millones de bolívares; un kilo de tomates 5 millones, un pollo de 2,4 kilos 14,6 millones, un kilo de zanahorias 3 millones, un kilo de harina, arroz o tallarines 2,5 millones, un kilo de queso 7,5 millones, un jabón de tocador 3,5 millones, un rollo de papel higiénico 2,6 millones y un paquete de pañales 8 millones. Si se puede dar el lujo de tomar un café en taza, debe desembolsa­r 2 millones.

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