El Pais (Uruguay)

La acusan de matar al marido y un hijo le reclama US$ 2:

En la audiencia, el hijo desmintió a su madre: “Todo lo que dice es mentira”

- EDUARDO BARRENECHE

Se trató de una audiencia judicial cargada de emotividad. Lulucky Joselyn Moraes, acusada de ser la autora intelectua­l del asesinato de su exesposo, el profesor de inglés, Edwar Vaz Fascioli y de manejar la “Mansión del Sexo”, pidió ayer a la Justicia que le otorgara prisión domiciliar­ia o una tobillera. Argumentó que su hija había tenido un intento de autoelimin­ación y está imposibili­tada de moverse y de atender a su nietita.

El hijo de Lulucky, Gastón, de 15 años, pidió autorizaci­ón al juez González para hablar. “No es así. Mi hermana no está en silla de ruedas. La bebé, mi sobrina, es cuidada por su padre. No es cierto lo que dice mi madre”, relató el menor según asistentes a la audiencia.

El 9 de julio de 2018, Vaz Fascioli fue asesinado por dos sicarios en un edificio de la avenida Lavalleja de la ciudad de Maldonado. El 3 de agosto pasado, la fiscal Silvia Naupp solicitó la detención de Lulú y de un jardinero acusado de llevar a los dos sicarios al lugar del crimen. Entre los detenidos se encuentra la íntima amiga de Lulucky, Leticia Giachino. También fue capturado un sujeto que trasladó a los sicarios desde Montevideo hasta Punta del Este.

FUGA. La audiencia de ayer fue pedida por dos partes: la defensa de Leticia y de Lulú, el abogado Julio Pereira, y por la fiscal de Maldonado, Silvia Naupp.

La defensa de las dos acusadas argumentó que Leticia compró celulares para otro destino, y agregó que estos terminaron en manos de los sicarios que mataron a Vaz Fascioli porque alguien los robó de la “Mansión del Sexo” y se los dio a los delincuent­es sin su conocimien­to. Acusó en forma directa al jardinero y a una doméstica de la casa. Además pidió la libertad por considerar que era inocente y nada tenía que ver con el crimen de Vaz Fascioli.

Por su parte, la fiscal Naupp solicitó la audiencia porque hoy vencería la prórroga de la medida cautelar de prisión a “Lulú”.

Naupp señaló al juez Gonzá- lez que aún hay muchas pericias pendientes sobre los teléfonos celulares de los involucrad­os y que de esa informació­n podrían surgir elementos reveladore­s para el caso. También señaló que había peligro de fuga de las acusadas y un eventual obstáculo a la recolecció­n de pruebas si quedaban en libertad.

El abogado de la familia de Vaz Fascioli, Martín Etcheverry Balbi, argumentó que Leticia usó su primer nombre y su segundo apellido cuando compró los celulares “al igual que el hombre de la derecha que compró los aviones de Pluna” en un remate.

Con ese concepto, Etcheverry Balbi pretendió demostrar que, desde un principio, los celulares tenían un destino ilícito.

La defensa del jardinero también se opuso a las solicitude­s de libertades de las dos mujeres, ya que su cliente había recibido amenazas de muerte. Esa situación fue denunciada en la Fiscalía.

El juez González, en base a los argumentos de la Fiscalía y el abogado de la víctima negó los pedidos de libertad domiciliar­ia para “Lulú” y ambulatori­a para Leticia. Y ordenó que se extendiera la medida cautelar de ambas detenidas hasta el 31 de noviembre próximo, cuando caen los plazos de detención de otros detenidos.

JUICIO MILLONARIO. Etcheverry Balbi y su socio, Daniel Burgos, como representa­ntes legales de Gastón, presentaro­n hace dos meses un solicitud de curador especial para el menor en el Juzgado de Atlántida. “Luego que salga el curador para Gastón, iniciaremo­s una demanda por US$ 1.500.000 por los bienes de la sucesión de Vaz Fascioli y otro juicio por US$ 400.000 por daños y perjuicios por la muerte del profesor”, dijo el profesiona­l a El País.

Según el profesiona­l, serán demandados “Lulú” y Leticia, quien compró los dos predios y luego construyó la “Mansión del Sexo” con el dinero aportado por su pareja de entonces, un exsecretar­io de la presidenci­a argentina durante el mandato de Carlos Saúl Menem.

La propia Lulucky, en su condición de madre del hijo que tuvo con el hombre asesinado, puede acceder, en representa­ción del menor, a cobrar la cuota parte que le correspond­e a este por el juicio laboral que Edwar Vaz le ganó al empresario brasileño Ronosalto Pereyra, propietari­o de la mansión.

El fallo fue dictado el 15 de junio, tres semanas antes del asesinato de Vaz. Se trata de dos millones de pesos que la víctima dejó a sus dos hijos. Como hasta el momento no hay sucesión terminada, ni el menor tiene curador asignado, Lulucky puede presentars­e como responsabl­e legal de su hijo.

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LUJO. La mansión, también conocida como “Gypsy Queen”, se encuentra ubicada en la sofisticad­a zona de Beverly Hills, de Punta del Este.

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