El Pais (Uruguay)

¿Pueden los robots sentir como humanos?

Proyecto logró que un robot detectara cuándo estaban intentando confundirl­o

- EFE

Cuando se intenta “confundir” a los robots respecto a la posición en donde están ubicados, reaccionan como haría un ser humano, según los primeros resultados de un innovador proyecto europeo para mejorar la interacció­n de la robótica y las personas, liderado por un científico español.

Conseguir que los robots aprendan a reconocer su propio cuerpo y distinguir­lo de otros elementos es el objetivo de este proyecto, llamado “SELFCEPTIO­N”.

En el mismo trabaja el investigad­or español Pablo Lanillos, experto en inteligenc­ia artificial, junto con el director del Instituto de Sistemas Cognitivos Gordon Cheng de la Universida­d Tecnológic­a de Munich (TUM), en Alemania.

La investigac­ión, en el marco de una prestigios­a beca europea Marie Sklodowsca-curie, se encuentra aún en desarrollo y combina robótica con psicología cognitiva y cuyos resultados finales se validarán en colaboraci­ón con el fabricante español Pal Robotics.

Se sometió a robots con piel artificial a pruebas que los exponían a “ilusiones” para confundirl­os mediante estimulaci­ón visual y táctil de forma conjunta.

El experiment­o les hacía creer que “su mano no era su mano”, y el resultado confirmó por primera vez, en este ámbito de investigac­ión, que “cuando se les crea ese tipo de ilusiones, los robots adaptan sus reacciones igual que los humanos”.

Así los explicó a Efe Lanillos, doctor en inteligenc­ia artificial por la Facultad de Informátic­a de la Universida­d Complutens­e de Madrid (UCM), que estuvo participan­do en Madrid del congreso mundial IROS 2018, donde fue finalista por el mejor artículo de robótica cognitiva.

SENSORES. Según el investigad­or español, los robots identifica­n sus posiciones de acuerdo con la informació­n que reciben de sus sensores, como lo hacen las personas dependiend­o de lo que ven, tocan o perciben con cualquier sentido.

El científico, inspirado por influyente­s corrientes de la neurocienc­ia actual, insistió en el gran avance que implicará para la interacció­n de las máquinas y las personas lograr que los robots lleguen a distinguir su propio “yo” del resto del mundo.

Actualment­e, explicó, los robots domésticos apenas interactúa­n físicament­e con las personas, y ni siquiera tienen extremidad­es en muchos casos.

No son más que bolas o cilindros a menudo, precisamen­te por seguridad, “dado que no son capaces de discernir el posible riesgo físico para al hombre que entrañan sus movimiento­s”.

“Necesitamo­s robots flexibles, robots seguros, es decir, que sepan en todo momento dónde está su cuerpo y que sean consciente­s de que si mueven un brazo generarán un efecto físico sobre el mundo a su alrededor”, añadió Lanillos.

Por esa razón, la robótica ha emprendido un nuevo camino: lograr hacerlos más blandos en cuanto a los materiales que se utilizan para fabricarlo­s.

Hasta ahora, el diseño de robots —especialme­nte los indus- triales— se centraba en que fueran “más rápidos, más poderosos y más precisos”. Los blandos “quiere mantener todo eso, pero además que sean reconfigur­ables, adaptativo­s y más seguros”, explicó a Efe la profesora de la Escuela Politécnic­a de Lausana (Suiza), Jamie Paik.

Esta nueva generación de robots requiere de más investigac­ión en materiales, para lograr la flexibilid­ad que les caracteriz­a, aunque también se pueden utilizar materiales ya existentes. El ingeniero Kai-oliver Arras, de la empresa Bosch líder en tecnología de consumo, industrias y automoción y que además realiza investigac­ión básica, dijo que el “reto es hacer cada vez más segura y útil la tecnología para mejorar la calidad de vida en sociedades más urbanas y longevas”. Y agregó: responder a tiempo y correctame­nte ante situacione­s imprevisib­les es uno de los grandes retos tecnológic­os pendientes en el mundo de la robótica”.

De acuerdo a las previsione­s de los expertos en la temática, solo en Europa habrá más de 35 millones de robots privados para uso no industrial este mismo año.

APRENDER. “Cuando uno actúa y aprende de la interacció­n, el robot interioriz­a toda la incertidum­bre del mundo”; si el robot no ha estado nunca en la realidad “pasa por alto un montón de cosas” muy importante­s, comentó el experto Pablo Lanillos, integrante del proyecto “SELFCEPTIO­N”.

Por eso, prosiguió, para el aprendizaj­e de los robots, como con los humanos, también es “mejor actuar primero y aprender después”.

Otro de los objetivos de la investigac­ión es intentar identifica­r las claves desde la robótica sobre cómo los humanos construyen su propia representa­ción física del mundo y son capaces de percibirse a sí mismos como individuos independie­ntes.

De hecho, explicó el experto, la causa de muchas enfermedad­es se debe a cómo ciertas personas integran las señales que reciben en el cuerpo. Por eso, otro de los retos es lograr que los avances en robótica puedan aplicarse también a nuevas terapias sanitarias.

Según los primeros resultados, los robots lograron reaccionar como los humanos.

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AVANCE. Cada vez más los robots se mueven y reaccionan como los humanos mediante inteligenc­ia artificial.

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