Una mirada negativa: “Esto dará pésimos políticos”
La idea de reclutar candidatos por casting no es nueva, dice Luis Costa Bonino, un politólogo uruguayo con amplia experiencia en campañas electorales a nivel internacional, que fue asesor estratégico del presidente francés Emmanuel Macron en su camino hacia la presidencia pero hoy es crítico de sus decisiones. Costa Bonino afirma que el método se ha utilizado en varios lugares con el objetivo de “ciudadanizar”el personal político y los partidos, generalmente coexistiendo con otros procedimientos. En México, uno de los partidos que ha usado con más frecuencia este método es el Partido Acción Nacional (PAN).
“Este procedimiento, que se realizaba con perfil bajo en muchos lugares, cobró notoriedad internacional a mediados de 2017 con el proyecto político EM, En Marche!, el movimiento que llevó a la presidencia a Emmanuel Macron”, plantea Costa Bonino para este informe. Luego el movimiento se convirtió en partido con el objetivo inmediato de obtener la mayoría parlamentaria. Aunque había tenido una “asombrosa suerte” (antes de la elección habían perdido los candidatos favoritos de izquierda y de derecha) y recibido importantes apoyos, una vez presidente, Macron “quiso dar la imagen de que había ganado solo”. “Trató de borrar las huellas de la campaña, hizo su documental Les Coulisses d’une victoire para postular que había ganado sin ningún estratega electoral, sin socios políticos, sin partidos, sin nadie más que su grupito de jóvenes ayudantes”, dice Costa Bonino. Y “quiso organizar su mayoría parlamentaria con candidatos que le debieran todo exclusivamente a él”, descartando liderazgos previos. Así fue que se decidió por el método del casting. “El objetivo declarado fue ciudadanizar la política. El objetivo político no declarado fue personalizar el poder”, dice el especialista.
Afirma: “El casting estuvo guiado esencialmente por la ajenidad a los partidos y por la corrección política, con el debido porcentaje de mujeres, de jóvenes, de hijos de inmigrantes, de categorías socioprofesionales, sociodemográficas. En la acción política, sin embargo, la ausencia completa de experiencia de los parlamentarios, ajenos al conocimiento político, a la negociación, a la lealtad política, fueron potenciando el problema principal de Macron como presidente, que quiso personalizar al máximo el poder y terminó consiguiendo una soledad y un aislamiento extremos. Los parlamentarios que eligió no le han sido leales en absoluto, en su mayoría”.
Para Costa Bonino, “el casting es un pésimo mecanismo de reclutamiento de personal político” y el mejor sistema es “la participación, la formación política, la militancia, la preocupación y el interés por la sociedad”. Concluye: “Candidatos seleccionados por criterios psico-laborales, por evaluadores que no conocen en absoluto la esencia de lo político, van a generar, presumiblemente, malos políticos, lo que será finalmente un muy mal negocio para las fuerzas políticas que utilicen este método”.