EL COMERCIO CON ÁFRICA “ES DESORDENADO”
Dicen que la pobreza reproduce pobreza, y el continente africano parece destinado a esa lógica. Los 25 conflictos armados que siguen encendidos en esas tierras, los recursos que les han saqueado los colonizadores, las temperaturas y sequías extremas en los enormes desiertos y la alta natalidad —cuatro hijos por cada mujer en edad de ser madre— son algunas de las explicaciones de que 28 de los países más empobrecidos del mundo estén en África. Pero más allá de este escenario innegable, la economía de este continente creció 3,7% el año pasado y venía de una década de aumento de casi 5% anual. Según Javier Volonté, experto en relaciones de Sudamérica con África, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue quien puso el ojo en el “continente negro” tras el congelamiento de las relaciones que había iniciado Europa. Ese auge comercial también se reflejó en países como Uruguay. Sin embargo, Volonté entiende que esos negocios siguen siendo “desordenados”. En la última década se cuadriplicaron las exportaciones hacia ese continente, pero si se mira año a año, dice, hay saltos y caídas. En el primer semestre de este 2018, “Uruguay importó cuatro veces más de lo que exportó”, cuando venía de un año anterior a la inversa.
¿A qué se debe este desorden? Para el experto hay una “falta del Estado”. Volonté entiende que el comercio hoy está sujeto a los intereses de los empresarios y no hay una apuesta sistemática a mejorar los mercados.