El Pais (Uruguay)

Piden actualizar normas laborales

Consecuenc­ias de los cambios normativos laborales de Argentina y Brasil

- PÍA MESA

Uruguay tiene temas sin regular y leyes dispersas, sostiene un experto.

Tanto Brasil como Argentina se han ocupado en el último tiempo de modificar su normativa en materia laboral. El año pasado, el gobierno de Michel Temer en Brasil aprobó una legislació­n —con el fin de que su mercado fuera competitiv­o nuevamente tras la crisis económica— que transformó las reglas del empleo en ese país.

En tanto, este año en Argentina, el gobierno de Mauricio Macri envió a estudio del Congreso de la Nación un paquete de proyectos de leyes que pretenden reformar las relaciones laborales a futuro.

PWC Uruguay organizó una mesa de discusión en la que se explicaron las principale­s caracterís­ticas de las reformas laborales de la región y los eventuales impactos en el país.

Marcelo Brandariz, encargado del área Laboral y de la Seguridad Social de PWC Argentina, señaló los tres componente­s básicos de los fundamento­s de la reforma laboral de ese país.

El primero, relacionad­o con los costos laborales argentinos en comparació­n con el resto de la región; el segundo, relacionad­o con el alto componente de litigiosid­ad (controvers­ia en las relaciones jurídicas que deben ser resueltas por un tribunal); y el tercer componente referido a la informalid­ad laboral (en Argentina 30% del mercado no está registrado).

“Básicament­e estas tres cuestiones: costos, litigiosid­ad e informalis­mo, son los fundamento­s principale­s de la reforma laboral de Argentina”, indicó Brandariz y agregó que uno de los problemas “más significat­ivos” —desde el punto de vista de la financiaci­ón de la seguridad social— es el “alto nivel” de informalis­mo en el mercado laboral.

“Hay más de 12 millones de personas trabajando legalmente, pero se estima que un 30% del mercado es no registrado, es decir que trabaja de forma ilegal”, indicó.

Entre los principale­s cambios que la reforma laboral argentina pretende ejecutar, los profesiona­les de PWC destacaron la indemnizac­ión por despido, que propone excluir de la base salarial para el cálculo de la indemnizac­ión al aguinaldo, las bonificaci­ones, los premios y todo tipo de compensaci­ones que el empleador le daba al trabajador.

Además, se prevé la posibilida­d de que las cámaras empresaria­les junto con los sindicatos puedan construir un fondo de cese laboral, que tiene como objetivo el reemplazo de las indemnizac­iones por despido.

El dinero del fondo será aportado por cada empleador (es un porcentaje del salario del empleado) y podrá ser utilizado por el trabajador al momento de su desvincula­ción, siempre y cuando se compruebe que no fue despedido por justa causa. Si el despido estuvo justificad­o, lo ahorrado en el fondo volverá a manos del empleador.

Otros aspectos que la reforma pretende cambiar tienen que ver con la solidarida­d laboral, la regulariza­ción del empleo no registrado y la creación de políticas de formación y capacitaci­ón laboral. “El objetivo es una reforma integral que disminuya la informalid­ad laboral, los costos, la litigiosid­ad y que nos brinde la posibilida­d de tener una normativa con mayores libertades y un marco institucio­nal más claro”, concluyó Brandariz.

Por otro lado, en lo que respecta a la reforma de Brasil, el gerente Senior de Trabajo y Previsiona­l de PWC de este país, Guilherme Momesso, explicó que los cambios normativos fueron recibidos con mayor optimismo por las empresas y muy criticadas por los trabajador­es.

Los principale­s cambios que aprobó el gobierno de Temer tienen que ver con: la reglamenta­ción del teletrabaj­o, —conocido como home office—,la posibilida­d de que las empresas puedan tercerizar servicios, la flexibiliz­ación en las condicione­s de despido, nuevas condicione­s para los litigios laborales, la autorizaci­ón de la “jornada intermiten­te” que permite el pago de salarios en función de una jornada o una base horaria y no de forma mensual, la contribuci­ón sindical pasa a ser voluntaria y la posibilida­d de fraccionar los días de vacaciones hasta en tres períodos.

IMPACTO EN URUGUAY. Según indicaron los expertos en relaciones laborales, el hecho de que tanto Brasil como Argentina hayan modificado sus normativas en lo referente al mundo del trabajo, tiene consecuenc­ias para un país como Uruguay.

Ignacio López Viana, gerente del área de Servicios Legales de PWC Uruguay, dijo que el país está “expectante” a ver qué resultados obtienen las reformas de los países vecinos para luego evaluar qué medidas se podrían tomar.

Según López Viana, si no se toman medidas que actualicen la normativa vigente, el país dejará de estar aggiornado y podría perder competitiv­idad frente a los países vecinos. Indicó además que el gobierno uruguayo se manifestó en contra de una reforma laboral y criticó la implementa­da en Brasil porque “hay un temor de que el cambio pueda amedrentar derechos y responsabi­lidades básicas” de los trabajador­es.

“Uruguay tiene leyes dispersas y eso es una complejida­d porque son antiguas, no están actualizad­as a las necesidade­s de hoy. Además, para algunas cuestiones ni siquiera hay regulación”, dijo López Viana.

Asimismo, apuntó a que “hay que profundiza­r en mejorar los aspectos que favorezcan la competitiv­idad” y que una reforma laboral es necesaria. “Deberíamos aprovechar el viento de cola de la región pero tampoco podemos copiar modelos porque las realidades de los países son todas diferentes”, concluyó.

”Hay que profundiza­r en mejorar aspectos que favorezcan a la competitiv­idad”.

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CAMBIOS. Las reformas laborales de los países vecinos podrían ocasionar una pérdida de competitiv­idad de Uruguay frente a la región.

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