Violenta represión en Nicaragua a una marcha opositora
Detuvieron a varios dirigentes políticos y sociales; condena de organismos internacionales y la Iglesia
El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua reprimió ayer domingo con violencia un intento de manifestación de la oposición y detuvo a decenas personas en las calles. Esta nueva represión, enmarcada en la crisis política que vive Nicaragua desde abril pasado, fue repudiada por organismos internacionales, que instaron a Ortega a respetar los derechos de los ciudadanos y la libertad de manifestación.
Para ayer estaba convocada en Managua una protesta por la coalición opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, que finalmente no se realizó.
Decenas de agentes antimotines y policías se presentaron y comenzó un enfrentamiento con los opositores. Hombres y mujeres, algunos personas mayores, fueron golpeados y arrastrados por la calle para luego ser subidos a patrullas de la policía. Algunos periodistas también recibieron golpes y fueron retenidos pero luego liberados.
La policía había advertido el sábado que la protesta era ilegal y que haría lo que fuera para impedirla. Ortega criticó también la marcha durante un discurso ante sus seguidores. “Están sedientos de sangre”, dijo.
Entre los detenidos está la directora en Nicaragua de la ONG Techo Internacional, Ana Lucía Álvarez, denunció la organización en un comunicado. También fueron apresados Suyén Barahona y Ana Margarita Vigil, ambas del Movimiento Renovador Sandinista (MRS); José Antonio Peraza, miembro del Movimiento por Nicaragua, y Tamara Dávila, hija del fallecido coronel Irwin Dávila, opositor a Ortega. “Protestar es un derecho, reprimir es un delito. Libertad para los presos políticos”, gritó Tamara Dávila momentos antes de ser subida a una patrulla.
Otro de los detenidos fue José Dolores Blandino, padre de Xiómara Blandino, la actual pareja de Juan Carlos Ortega Murillo, hijo del presidente Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, según publicó en sus redes sociales Gioconda Artola, esposa del detenido. Los “blanquiazules” prometieron seguir adelante con las protestas.
Ayer domingo, el secretario general de la OEA, el excanciller uruguayo Luis Almagro, exigió a Ortega que libere a los manifestantes detenidos, respete su derecho a la protesta pacífica y cese la “represión”.
El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Paulo Abrão, lamentó los hechos y consideró “inaceptables” las “actitudes represivas y autoritarias”. El cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, también lamentó los choques entre la Policía y manifestantes al señalar que “estas actitudes (...) no abonan en nada a la paz” e insistir en la necesidad de un diálogo para superar la crisis.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica que comenzó en abril pasado y que ha dejado según organizaciones humanitarias locales e internacionales entre 322 y 512 muertos, mientras que el Ejecutivo cifra los fallecidos en 199 fallecidos y denuncia un intento de golpe de Estado.
El 18 de abril pasado comenzaron las protestas contra Ortega por unas reformas de seguridad social, anuladas en un intento por contener la crisis, y que se convirtieron en la exigencia de la renuncia del mandatario.
El padre de la nuera de Ortega está entre los detenidos ayer por la policía.