El Pais (Uruguay)

Los casos de los cartoncito­s

- Marcelo Gioscia Civitate | Montevideo

@ | En menos de treinta días se han detectado nuevos casos de “usurpación de títulos” o lisa y llanamente del uso de un título universita­rio por funcionari­os de jerarquía que nunca los obtuvieron.

En el caso de quien se desempeñab­a como “asesora legal del Ministerio de Industria, Energía y Minería”, no sólo no cursó la carrera universita­ria, sino que ni siquiera finalizó el Ciclo Básico esto es, no terminó el liceo.

En su defensa argumenta que no se dio cuenta del contenido del texto del sello sobre el que estampaba su firma y que tampoco recuerda haberse presentado como abogada.

Ocurrió algo similar en el Ministerio de Salud Pública, donde una “asesora en medicament­os”, que representó al Estado en más de una ocasión, fue cesada cuando se confirmó que no poseía el título de licenciada en Economía, y si bien revistaba en el Hospital de Clínicas, desde el año 2005 se encontraba “en comisión” ante el referido Ministerio, pese incluso a que una de sus funciones era la de “negociar precios con los laboratori­os que producían los fármacos”.

¿Qué ocurre con los controles que debieran existir? ¿Todo es igual? Esta lamentable situación se ha repetido más de una vez, e inevitable­mente nos lleva al bochornoso caso de quien se desempeñó en la Vicepresid­encia de la República, quien aseguró poseer un título universita­rio que jamás obtuvo, e incluso que había egresado con “medalla de oro”…

A esta situación debemos sumarle su procesamie­nto penal “sin prisión”, por el uso indebido de las tarjetas corporativ­as de la empresa de combustibl­es estatal (que llevó al borde de la quiebra); obtuvo, sin embargo, la defensa acérrima de sus amigos del gobierno, quienes desde sus encumbrada­s posiciones, llegaron a manifestar que todo se trataba de un “circo mediático” armado por la oposición para perjudicar­lo.

El senador José Mujica llegó a expresar con desdén, que no alcanzaba a comprender el revuelo que se había producido con respecto al vicepresid­ente Sendic, por el tan mentado “cartoncito”, que no aparecía.

Su esposa y actual Vicepresid­ente de la República, afirmó muy suelta de cuerpo que incluso, “ella lo había visto”. Como si un título universita­rio (que extendido por la autoridad competente habilita al egresado a ejercer la profesión en todo el territorio nacional) no tuviera valor alguno. Nada más grotesco.

Así las cosas, se pretendió restar importanci­a frente a la opinión pública, sobre el valor que supone haber alcanzado la finalizaci­ón de una carrera universita­ria, y como en su concepción “el fin justifica los medios”, buscaron cualquier argucia para quitarle importanci­a al grave asunto que tenían entre manos, y así “defender” a su amigo “atacado injustamen­te por la derecha”. Se llegó incluso a utilizar la palabra “bullying” (“el mayor de la historia”) para desmerecer los comentario­s sobre el tema.

Ciertament­e inadmisibl­e. Los mensajes trasmitido­s a la ciudadanía no pudieron ser más confusos, pero eso al parecer importa muy poco. Resultó ser un insulto gratuito a todos los universita­rios que habiendo egresado de sus respectiva­s carreras universita­rias, las ejercen y un pésimo ejemplo a quienes están cursando sus estudios con gran sacrificio, porque creen que, la superación personal sólo puede lograrse con esfuerzo.

Nada más alejado al “país de primera” que prometiero­n a quienes no sabían si votarlos, nada más alejado de los principios éticos y morales que debieran adornar a quienes ejercen tan altos cargos dentro de un Estado de Derecho.

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