Así cerró el festejo del centenario
▃ Cuando se fundó el diario El País, hace un siglo, el Hotel Carrasco (hoy Sofitel) estaba en plena construcción. Por entonces la televisión era una idea futurista, en la incipiente radio no se había dado siquiera el primer discurso político (para eso faltaban cuatro años) y la prensa en formato papel era la que marcaba la agenda, el ritmo. Cien años después, tras haber estado en ese hotel escuchando las reflexiones, el expresidente Julio María Sanguinetti llegó a la conclusión de que “quienes quieren libros, prefieren también el diario papel, aunque éste hoy no sea el vocero de la primicia”. Junto al exmandatario, hubo otros 250 asistentes que dijeron “presente” en el acto del miércoles —que contó con el patrocinio de la escuela y liceo Elbio Fernández y Antel. Estuvieron algunos estudiantes de periodismo y sus docentes, políticos y militantes, periodistas en ejercicio y de los que marcaron historia. Pero sobre todo hubo un público deseoso de dedicar un tiempo a pensar. Entre ellos estaba el publicista Pipe Stein. Este hombre que pasa buena parte de su vida pensando sobre los medios de comunicación y los cambios, afirmó que “el periodismo ordena, clasifica, amplía horizontes, analiza y verifica fuentes”. “Que el rol del periodismo hoy es un desafío que debe ocupar a periodistas y a empresas periodísticas, es evidente. Pero quienes están en otros sectores (como en su caso), deben tener presente que en el futuro del periodismo se juega la calidad democrática de la sociedad en la que vivimos. Y no deberíamos esquivar la cuota de responsabilidad correspondiente”. En esa vorágine de información de la que los ponentes dieron cuenta, no siempre hay espacio para estas reflexiones. Ese fue el objetivo de este broche al año de festejos del centenario de El País. “¿Qué mejor que terminar hablando de lo que hacemos todos los días?”, dijo Martín Aguirre, director de El País y moderador del evento. Al expresidente Sanguinetti le llegó ese mensaje. Cuando el filósofo Fernando Savater, poco antes del cierre, evocó al pájaro de T. S. Elliot y sentenció: “Los humanos no toleran tanta dosis de realidad”, el expresidente se quedó pensando. “De eso se trataba justamente”, dijo.