Acusan al SMU de “connivencia” y “amiguismo” con el gobierno
▃ El Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ) es drástico: el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) es un “brazo ejecutor” del Poder Ejecutivo. Para sus integrantes, la mayoría de los médicos que están en el gobierno integran Fosalba, la lista que históricamente dirigió el SMU. El presidente de ASSE, Marcos Carámbula; el gerente de ese organismo, Alarico Rodríguez; el asesor técnico del directorio, Miguel Fernández Galeano; y la exsubsecretaria de Salud Pública, Cristina Lustemberg, entre otros jerarcas, forman parte de la agrupación.
Daniel Montano, el presidente del SAQ, considera que tanta proximidad entre el SMU y el oficialismo terminó generando una “relación de connivencia y amiguismo”. Para él, el gremio ya no vela por los intereses de los médicos y se preocupa por “cubrir” al gobierno.
“No es casualidad que el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, el subsecretario Jorge Quian y el SMU carguen contra los quirúrgicos”, agrega.
El presidente Tabaré Vázquez —oncólogo de profesión— también criticó la decisión del SAQ de parar durante tres días a raíz de los Consejos de Salarios. “Lamento enormemente que exista este conflicto. Pero la ley es muy clara: cada agrupamiento de trabajadores es representado por el sindicato más representativo, y ese es el SMU y la FEMI”, dijo en rueda de prensa este jueves.
En el gremio rechazan las acusaciones de Montano. El presidente del SMU, Gustavo Grecco, reafirma que el sindicato está abocado a defender los intereses de los médicos y de la población.
“Si en el camino hay coincidencia con el gobierno, se acuerda. Si no la hay, se confronta. Entendemos que ejercemos la libertad sindical con amplitud de criterios para acordar y confrontar cuando hay que hacerlo”, sostiene.
Según Grecco, cuando Susana Muñiz estaba al frente de ASSE era “más difícil” acordar. Sin embargo, una vez que asumió Marcos Carámbula —presidente del SMU entre 2003 y 2005—, las negociaciones fueron “más fáciles”. Lo mismo ocurre con Alarico Rodríguez, quien presidió el gremio a partir de 2005.
“Oponerse por oponerse no tiene sentido, así no se construye. Porque si fuera otro el gobierno de turno y se concordara, también se acordaría si fuera beneficioso. Es buscarle la quinta pata al gato el argumento de la connivencia”, subraya.