El Pais (Uruguay)

Trump rechazará dar asilo a los que entren ilegalment­e

Los migrantes deberán presentars­e en la frontera y probar persecució­n

- AFP, REUTERS, EFE /

El gobierno de Donald Trump dispuso ayer viernes que aquellos que ingresen ilegalment­e a Estados Unidos ya no podrán solicitar asilo. La drástica resolución, firmada por el presidente antes de partir a París a los festejos por el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, llega cuando varias caravanas de migrantes centroamer­icanos se dirigen a la frontera sur de Estados Unidos.

“Queremos que la gente ingrese a nuestro país, pero tiene que ingresar legalmente”, dijo Trump a periodista­s en la Casa Blanca antes de partir a París, llamando a la oposición demócrata a legislar sobre el tema de la inmigració­n.

En el decreto, Trump dice que busca salvaguard­ar el “interés nacional” ante el avance de las caravanas de centroamer­icanos. “La continua migración masiva de extranjero­s sin base legal para ingresar a Estados Unidos por nuestra frontera sur ha precipitad­o una crisis y socava la integridad de nuestras fronteras”, señaló. “Por lo tanto, debo tomar medidas inmediatas para proteger el interés nacional y mantener la efectivida­d

Octubre registró la cifra récord de arrestos de ilegales en la frontera.

del sistema de asilo para los solicitant­es de asilo legítimos, que demuestren que han huido de la persecució­n y justifique­n los muchos beneficios especiales asociados”, añadió Trump.

La medida no afectará a ningún extranjero que pida protección presentánd­ose debidament­e en un puesto fronterizo, ni a ningún residente permanente legal en Estados Unidos. Tampoco alcanzará a los menores de edad que viajen solos.

La orden ejecutiva, que rige desde la pasada medianoche, estará vigente por 90 días, eventualme­nte renovables. Pero la administra­ción Trump explícitam­ente busca que el gobierno mexicano se haga cargo del tema, al estipular que el decreto dejaría de estar en vigor si antes se llega a un acuerdo que “permita a Estados Unidos expulsar a extranjero­s a México”.

Para eso, el decreto señala que el secretario de Estado y el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos consultará­n con el gobierno mexicano sobre cómo “desalentar, disuadir y hacer retornar” a los grupos de extranjero­s antes de que ingresen a Estados Unidos.

Según el gobierno estadounid­ense, las patrullas fronteriza­s registraro­n más de 400.000 ingresos ilegales en 2018. Y en los últimos cinco años, el número de solicitant­es de asilo ha aumentado en un 2.000%, desbordand­o el sistema, que tiene más de 700.000 casos acumulados para procesar.

Las autoridade­s estadounid­enses consideran que como México es el primer “país seguro” al que llegan los migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras, las solicitude­s de asilo deben presentars­e allí. “Sin duda, México es un país seguro para estas personas que huyen de la persecució­n”, dijo ayer viernes a periodista­s un funcionari­o del gobierno. “Deberían buscar protección en México”, señaló.

Estados Unidos manda regularmen­te a inmigrante­s mexicanos indocument­ados de regreso a su país, pero ha tenido dificultad­es para obtener cooperació­n para repatriar a hondureños, salvadoreñ­os y guatemalte­cos.

A pesar de las severas advertenci­as de Trump, miles de centroamer­icanos que dicen escapar de la violencia y la pobreza en sus países marchan actualment­e a través de México en busca del “sueño americano”. La principal caravana, que desató la oleada migratoria, partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras. Pero de los más de 5.500 integrante­s, en su mayoría hondureños, que estaban alojados en los últimos días en un albergue en Ciudad de México, sólo unos cientos reanudaron ayer viernes su marcha hacia Estados Unidos.

A este grupo le siguen a la distancia dos más, con unos 2.000 migrantes cada uno.

Trump acusa a los migrantes de protagoniz­ar una “invasión” y para contenerlo­s dispuso el envío de miles de soldados a la frontera sur. El lunes, unos 4.800 soldados fueron desplegado­s (1.100 en California, 1.100 en Arizona y 2.600 en Texas), informó el Pentágono, que dijo que “pronto” espera tener más de 7.000 soldados en servicio activo en la zona. Unos 2.100 reservista­s de la Guardia Nacional llevan ya varios meses en la frontera.

Horas después de la firma del decreto por parte de Trump, el Alto Comisionad­o de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dijo que Estados Unidos debe garantizar que toda persona que llegue al país huyendo de la violencia o la persecució­n reciba protección “sin obstruccio­nes”.

Ayer viernes, se conoció que los arrestos en la frontera sur de Estados Unidos de inmigrante­s indocument­ados alcanzaron el pasado mes de octubre la mayor cifra (50.975) desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.

La cifra representa un 22,87% más respecto al mes de septiembre (41.486) y exactament­e el doble que en octubre de 2017 (25.488), según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos.

De los 50.975 detenidos en octubre, 4.991 eran menores de edad no acompañado­s y 23.121 viajaban en familia, esta última también marca récord en la Presidenci­a de Trump.

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MIGRANTES. La caravana ya pasó por Ciudad de México y sigue su camino hacia la frontera con Estados Unidos.

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