Un concepto “poco sexy”, pero que es fundamental para mejorar
Un informe muestra cómo no se logra acortar la brecha de ingresos con los desarrollados
Es “poco sexy”, “complicada técnicamente”, “no necesariamente significa neoliberal”, pero es un punto clave para Uruguay y América Latina en su conjunto: la productividad.
“Me acuerdo cuando fui a Uruguay a una conferencia de productividad, me dijeron: ‘Pablo, vení para convencer a los sindicatos que no es bajar los salarios’”. Las frases pertenecen al vicepresidente de Conocimiento de CAF, Pablo Sanguinetti y surgieron en la presentación del Reporte anual de Economía y Desarrollo del organismo (“Instituciones para la productividad. Hacia un mejor entorno empresarial”) y en el seminario Editores y Directores Económicos 2018 en Bogotá.
Es que esa palabra “poco sexy”, compleja de explicar, está detrás de que los países de la región como Uruguay prácticamente no logren acortar su brecha de ingresos (medida a través del Producto Interno Bruto) respecto a los países desarrollados como Estados Unidos.
“El principal responsable de esto, es la productividad. La productividad está asociada a la eficiencia con que se utilizan los recursos productivos (capital y trabajo) tanto a nivel interno de las empresas, como de la economía en su conjunto”, explicó Sanguinetti.
En el caso del promedio de América Latina, la productividad explica el 79% de la brecha de ingresos con Estados Unidos. En Uruguay es el 80%.
“Esa baja productividad, es en general, baja en todos los sectores de la economía. El problema de la baja productividad no es qué producimos, sino cómo producimos”, afirmó Sanguinetti. “El problema no es nuestra estructura de commodities. Al menos, no es el primer problema al que debemos prestarle atención”, agregó.
¿A qué hay que prestarle atención entonces? Uno de los primeros factores que menciona el informe es la estructura de informalidad (estar por fuera de la regulación laboral y tributaria) que predomina en la región. Más de la mitad de los trabajadores en América Latina son informales, cuando en Estados Unidos —que usa una definición más exigente de formalidad— es el 20%.
¿Y por qué es relevante esto? Porque el estudio muestra que hay “una brecha de productividad laboral de cerca de 45% entre el sector formal y el informal” en la región.
Según el reporte para mejorar este aspecto, “en muchos países” de la región se deben “reducir costos directos de la formalidad, como contribuciones a la seguridad social calcu-