La visita de Roger Waters
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El Sr. Roger Waters visitó Montevideo por primera vez y nos dejó bastantes cosas. Visitó la sede del Pit-cny, hizo declaraciones de diverso tipo y más tarde ofreció en el Estadio Centenario uno de los shows musicales y visuales más extraordinario que haya pasado por tierras uruguayas.
Me quiero referir a esto último, porque fui uno de los asistentes, y por ello fui un testigo directo entre los cerca de 40.000 que estuvieron esa noche en el estadio.
En esas tres horas de espectáculo hay que distinguir los porotos de los garbanzos. Desde el punto de vista artístico, musical y visualmente la experiencia fue inolvidable. Los instrumentos, las voces (incluida la de un veterano Waters) y la catarata de imágenes y efectos de luces, el montaje y escenografía que nos dejó el show fueron de una calidad insuperable. Todo eso funcionó con una sincronización perfecta. Pero hubo un aspecto en el que me quiero detener para señalar que no redondeó su recital:
Durante 20 minutos de pausa del espectáculo, la gran pantalla que cubría toda la parte trasera del escenario donde se ubicó la banda, pasó imágenes políticas y textos alusivos a esas imágenes. En ese lapso la consigna fue RESISTE. Y las recomendaciones y slogans para resistir fueron, por ejemplo, a los mercaderes de la guerra, a la contaminación de los mares y océanos, a la injusticia global o a los cerdos gobernantes que lucran con la política, al afán desmedido de lucro, etc. Cada consigna venía acompañada de imágenes —muchas veces burlescas y satíricas además de críticas— de personajes como Macron, Rajoy, gobernantes británicos, Berlusconi y por supuesto, el gran ganador de la noche fue Trump, que se llevó todas las cocardas (quizás merecidamente...) Ahora bien, no hubo ni vi ninguna imagen de Chávez o Maduro, de los hermanos Castro, del matrimonio Kirchner, de Lenin, Stalin, o de Mao. ¿Nada tenía que decir Waters de ellos? Hubo críticas a Bolsonaro pero ninguna a Lula. ¿No dejó muy sesgada la cancha? Si el mensaje del artista apuntaba a ser uno de inclusión y de igualdad, ¿por qué, además de mostrar imágenes de gobermuchas nantes considerados de derecha, no mostró alguna imagen de personajes considerados de izquierda?
En ese aspecto, me dio la impresión que nos quiso tomar como un poco tontos, como incautos y poco pensantes.
Pero no se conformó con eso solamente: todos los textos alusivos a las imágenes estaban escritos en inglés; y cuando se dedicó a hablarle al público durante unos minutos para promover sus mensajes políticos, también lo hizo en inglés. Si el objetivo es promover la inclusión y la igualdad, ¿por qué no traducir los textos de los mensajes al idioma español para que todos los entiendan? ¿Acaso creyó que los miles de espectadores que concurrieron al estadio iban a saber leerlos? Con el costo que insume montar un espectáculo de esa magnitud, ¿puede ser tan caro traducir esos textos cuando se visitan países hispano hablantes? Y cuando llega el momento de dirigirse al público, no se pretende exigirle a Waters que sepa español, pero ¿era tan difícil y caro colocarle al lado un traductor o traductora? ¿Podía llevar muchos minutos y alargar demasiado el show que sus palabras fueran traducidas?
Pienso que el artista reflejó sus contradicciones: habló de inclusión, pero excluyó idiomáticamente a muchos; se burló y ridiculizó a muchos gobernantes pero respetó y ocultó a otros; promovió la concordia, la paz y el diálogo entre unos, pero alentó la lucha y la violencia contra otros; invocó la austeridad y clamó por las injusticias y la pobreza, pero no vive ni internaliza sus mensajes conforme a lo que predica. Intentó manipular su mensaje para darle un solo sentido y pretendió ocultar u olvidarse de otros. No somos tan ingenuos ni distraídos Sr. Waters. A muchos nos encantó su música, pero no nos convenció ni nos tragamos sus mensajes. Dicho en su propio idioma, “we are not all so fucking dumbs and idiots...” bibliotecas sobre el tema y la situación tendría más de una lectura.
La Corte ya se expidió primariamente aclarando que no existe una doble lectura sobre el proceder en estos casos y verificando que sí hay impedimento constitucional para que lo haga.
De acuerdo a la normativa hay incompatibilidad entre el puesto de Intendente y otro cargo público que no sea la docencia. Por lo que para asumir como Intendente debería renunciar a su puesto de asesora jurídica en el MEF.
Extraña en este caso el tipo de consulta siendo que la consultante no solo es abogada sino que además su puesto en reserva está justamente en el área jurídica de un Ministerio.
De todas formas, si bien la Corte dio su parecer, es la Junta Departamental de Montevideo quien dirá si tiene derecho al pan y a la torta a la vez.