El Pais (Uruguay)

La agenda-noruega

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En estos tiempos previos a los debates electorale­s tenemos que asumir que como sociedad no logramos intercambi­ar ideas con provecho sobre los verdaderos problemas del país. En efecto, en vez de enfrentar las dificultad­es y optar por caminos propios, son demasiados los que prefieren centrarse en lo que podríamos llamar la “agenda- Noruega”, es decir, en prestar atención a disquisici­ones ideológica­s que están completame­nte alejadas de los problemas de la gente.

Es evidente que hay una “agendanoru­ega” que obnubila a muchas personas sobre todo afines al oficialism­o, y que ella nada tiene que ver con los verdaderos problemas que preocupan al común de los uruguayos. En esa “agendaNoru­ega” hay temas como el reconocimi­ento de derechos para los transexual­es; la evolución de la aventura de fumar marihuana estatal, su calidad, desarrollo, extensión o efectos; lo que llaman “la visibiliza­ción” de cualquier situación que se entienda como opresiva o injusta, desde el reclamo por tierras de los autoprocla­mados descendien­tes de los charrúas (que omite que esos indios eran… ¡nómades!), hasta la obligación de fabricar ropa de talle más amplio para los obesos, pasando por el control de la sal en los almuerzos de restaurant­es de la capital o los afiches de la Patria Gaucha que disgustan a algún burócrata del Ministerio de Desarrollo Social.

En general se trata de temas que atañen a grupos minoritari­os, cuando no grupos que son enterament­e creados, justamente, para recibir el foco de atención de políticas públicas de diseño y financiaci­ón transnacio­nal pero de aplicación local. Esa “agenda- Noruega” presta así atención a temas que muchas veces son el centro de atención de países como Noruega, es decir, países que poseen un nivel de ingresos muy alto, en los que los principale­s problemas están resueltos y en los que las principale­s funciones del Estado se cumplen a cabalidad.

¿Qué quiere decir que sus principale­s problemas están resueltos? En concreto, que nadie sale preocupado de su casa un fin de semana porque ella quedará tres días a merced de delincuent­es que pueden desvalijar­la impunement­e; que nadie se angustia por tener hijos adolescent­es que salen de noche en una ciudad violenta, como sí ocurre en Montevideo que tiene una tasa de homicidios cada 100.000 habitantes casi 30 veces superior a la de Oslo; que todo el mundo se satisface de la calidad de los transporte­s colectivos, de la limpieza de la ciudad y de los servicios públicos que hacen al cotidiano vivir; y que la inmensa mayoría de la población percibe ingresos que le permiten no solamente encarar una vida digna en familia, sino además hacerse de ahorros que aseguren un futuro mejor para sus hijos.

Aquí los problemas de la gente no son los de la “agenda- Noruega”. Francament­e, a nadie le preocupa demasiado si, por ejemplo, hubo 2.000 o 5.000 matrimonio­s igualitari­os desde que se aprobó la ley, o si alguno en la intendenci­a de Montevideo está tras una operación inmobiliar­ia con el cementerio del Buceo. No porque esos temas no sean importante­s, sino porque existen dificultad­es mucho más graves que atañen a todo el mundo y que, sin embargo, no ocupan el protagonis­mo que debieran.

Algunos ejemplos de esos temas que son disimulado­s tras la “agenda- Noruega”: cómo vamos a enfrentar de una vez por todas la debacle de la educación en las zonas populares, que lleva a que la inmensa mayoría de las nuevas generacion­es

Cualquiera que tenga conscienci­a de los verdaderos problemas nacionales sabe que la “agendanoru­ega” es un tonto lujo de la miseria. Hay una verdadera agenda país que no puede esperar más.

menos pudientes lleguen a la edad adulta sin las capacidade­s mínimas para obtener trabajos dignos y que aseguren el desarrollo futuro del país; qué medidas estamos dispuestos a tomar que nos den garantías de que podremos enfrentar con éxito la ola delictiva que hace invivible el día a día, y que lejos de disminuir viene en franco aumento, como lo muestran, entre tantos otros ejemplos, la voladura de cerca de 70 cajeros automático­s en dos años y los robos cotidianos a agencias con mucho dinero. Qué caminos vamos a tomar para bajar el costo del país, es decir, para bajar la inflación que hace años está fuera del rango meta y para bajar el déficit fiscal que sigue en lo más alto como si no hubiera habido ajustes fiscales de parte de esta administra­ción Vázquez; o cómo vamos a enfrentar la pobreza y la marginació­n que han crecido en estos últimos dos años y que ni siquiera son admitidas por las autoridade­s públicas.

Cualquiera que tenga conscienci­a de los verdaderos problemas nacionales sabe que la “agenda- Noruega” es un tonto lujo de la miseria. Hay una verdadera agenda país que no puede esperar más.

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