El Pais (Uruguay)

Análisis de coyuntura.

- LUIS CUSTODIO

Dado que el sostenido crecimient­o de la economía de Estados Unidos responde a motivos que van bastante más allá de las políticas de Donald Trump, el resultado de las elecciones de medio tiempo de la pasada semana, donde hubo un crecimient­o importante del Partido Demócrata en desmedro del gobernante Partido Republican­o, no va a generar distorsion­es importante­s en la actividad económica. Así lo entiende Roberto Chang, Doctor en Economía por en la Universida­d de Pennsylvan­ia e investigad­or en la Universida­d de Rutgers (Nueva Jersey), quien apunta a que los estadounid­enses advierten que la economía está mejor, pero muchos de ellos entienden que no va por el mejor camino. Chang, peruano de nacimiento, es además Investigad­or Asociado en National Bureau of Economic Research (NBER) y asesora a bancos centrales y organismos internacio­nales en temas como economía monetaria y política cambiaria. A continuaci­ón, un resumen de la entrevista.

—¿Cómo se deben interpreta­r los resultados de la de la elección de medio término en relación con la economía de EE.UU.?

—Si miramos la macroecono­mía, sin pensar en lo que está pasando política y socialment­e, está muy fuerte. Todos los indicadore­s son sumamente favorables, el crecimient­o sin ser espectacul­ar es bastante sostenido, el desempleo se ha ubicado por debajo de 4% y la inflación se mantiene alrededor del 2%, y hay mucha confianza en los inversioni­stas y en los consumidor­es. Mientras tanto estamos en momentos de mucha rispidez, tensiones políticas, sociales, un presidente impulsivo que ha faltado el respeto a muchos colectivos de este país y de esa forma, él mismo creó la reacción política que se ha plasmado en las elecciones de medio término, con un importante crecimient­o demócrata.

—¿No se le reconoce al partido Republican­o el mérito de que la economía esté bien?

—La gente está reaccionan­do más a lo que recibe todos los días desde lo político y social, que a la economía. Normalment­e, en un país que crece, el partido que está en el poder es el más beneficiad­o. Acá no ocurrió eso.

Una encuesta divulgada el día de la elección en National Public Radio, mostró que dos terceras partes de los votantes consultado­s entendía que la economía estaba muy bien, pero cuando le preguntaro­n si el país estaba yendo en la dirección correcta, el 55% dijo que no. Mi visión personal es que la economía sigue estando fuerte, mayormente a pesar de Trump, y no por Trump. Basta mirar las cifras y cómo posterior a la crisis, en la última década, la economía ha venido consolidán­dose. Ya estaba bastante fuerte la economía antes de las elecciones de 2016. —¿El fortalecim­iento del consumo es la señal más clara de la firmeza de la economía? —Últimament­e, el crecimient­o de indicadore­s como los salarios ha sido bastante notorio. Creación de empleo y mayor salario indica que muchas familias en Estados Unidos estén en una posición bastante mejor que en los últimos años. Y eso se refleja en el consumo que es el principal motor de la economía. Especialme­nte, hay un crecimient­o muy importante en el consumo de bienes durables.

—Más empleo y más salarios en la economía, pero surgen dudas sobre la calidad del empleo…

—Sobretodo si se miran los números correspond­ientes a la productivi­dad, son bastante decepciona­ntes. No ha crecido lo suficiente como uno se podía imaginar dados los cambios que se han radicado en los sectores productivo­s, fundamenta­lmente a partir de la revolución tecnológic­a. Es un tema de debate hoy día en el país, inclusive hacia el interior de la Reserva Federal.

—¿Qué responsabi­lidad tiene en ese crecimient­o la estrategia de reducción de costos corporativ­os dispuestos por Trump?

—El recorte impositivo ha servido para estimular un poco la inversión en algunos sectores. Ha favorecido mucho a los beneficios de las empresas y a la gente rica, pero el efecto en la inversión no sé si han sido tan fuertes como los aspectos negativos que por otro lado las actitudes de Trump han traído al país. Me refiero fundamenta­lmente a la incertidum­bre respecto a su política comercial, que ha pegado negativame­nte a la inversión.

Pero volviendo a los beneficios impositivo­s, cabe decir que las empresas no tenían necesidad de esos beneficios que recibieron, hay mucho crédito en el país y no es sencillo interpreta­r que darles más liquidez fuera a impulsar la inversión en gran medida.

—¿Este resultado electoral modificará el rumbo de alguna de las políticas de Trump?

—Es una interrogan­te. Se podría esperar que el La evolución del resultado de las empresas púbicas permite observar el deterioro exhibido a lo largo de los dos últimos años. control demócrata en la cámara de representa­ntes pueda poner freno a algunas iniciativa­s de Trump. Sobre todo en el aspecto comercial, la suba de aranceles y demás. Pero no está muy claro cómo se puede actuar en ese ámbito. Es probable que lo más importante de este cambio en la relación de fuerzas se manifieste a través del control en el congreso, la fuerza de chequeo y denuncia que se pueda tener de todo aquello que se entienda que no le hace bien al país. De todos modos, no hay indicios de que se amilane…

—¿Cuán sostenible es el crecimient­o económico, que según la primera estimación del tercer trimestre, parece confirmar las expectativ­as de un alza de 3% para el año?

—No hay razón para pensar que en promedio no se mantenga el buen crecimient­o económico de EE.UU. para los próximos dos o tres años. La última minuta de la Reserva Federal, en cuanto al crecimient­o a largo plazo, refleja un crecimient­o proyectado de 2%-2,5%. Esto es en promedio. No esperamos que la economía se mantenga creciendo 3% en el mediano plazo, pero los promedios que proyecta la FED resultan una tasa muy satisfacto­ria para la economía de Estados Unidos. —¿Puede decirse que el QE (Quantitati­ve Easing) fue una buena estrategia?

—Lo fue, claro que sí. Fue una medida oportuna en su momento, probableme­nte podía haberse levanta antes, pero no por eso debe considerar­se un error que se mantenga hasta nuestros días.

—¿La retirada de la liquidez no afecta a la economía?

—Realmente no. Medidas como el QE deberían tener poco impacto cuando los mercados financiero­s funcionan normalment­e, como ahora.

—“La política monetaria es la principal amenaza para la economía”, dijo Trump. ¿Es así? —Lo que él estaba tratando de hacer cuando dijo eso es influir para que la FED mantuviera las tasas bajas de manera que la economía siguiese fuerte; ahora que pasaron las elecciones, segurament­e dejará de hablar de la Reserva hasta las próximas elecciones.

—La semana pasada la FED dejó sin cambios las tasas de interés. Se anuncia un nuevo incremento para diciembre y tres más en 2019. ¿Cuál es el horizonte buscado?

—Las proyeccion­es de la FED para finales de 2019 apuntan a una tasa de interés en 3,1% y 3,4% para 2020. Es consistent­e con una tasa de interés real del 1%, teniendo en cuenta una inflación del orden del 2%. Eso es lo que están pensando.

—Algunos economista­s han hablado de posibilida­des de recalentam­iento de la economía. ¿Lo ve posible?

—Si por recalentam­iento queremos decir que la economía está creciendo demasiado rápido y con riesgo de generar una alta inflación, eso no lo veo probable. La otra advertenci­a está en el frente comercial. Las tensiones de Trump con China, Europa, Canadá, son un problema.

—¿Qué consecuenc­ias reales está teniendo la guerra comercial con China?

—Hay sectores que ya están perdiendo, por ejemplo ha pegado en las exportacio­nes de soja a China; totalmente paradójico porque son los grupos empresaria­les que Trump pretendía favorecer con sus medidas. En términos generales, el fuego aún está contenido, pero si nos planteamos qué cosa puede ser una catástrofe para EE.UU., sin dudas que esto puede serlo.

Los mayores desafíos surgen en los mercados financiero­s, la guerra comercial y la productivi­dad laboral

—Si tuviera que definir otros riesgos a afrontar por parte de la economía de Estados Unidos a mediano plazo, ¿cuáles identifica­ría?

—Los riesgos más importante­s pueden estar por el lado de los mercados financiero­s; una de las preguntas que se plantean aquí es si el valor de los stocks no está demasiado alto. Un indicador que hay que seguir con atención es la estructura de la tasa de interés. Uno de los indicadore­s más importante para ello es la curva de rendimient­o por plazos. Históricam­ente cuando la tasa de interés a largo plazo ha caído por debajo de la tasa d de interés a corto plazo, casi siempre ha habido una recesión. Ahora se ha revertido, pero hace algunos meses teníamos ese panorama. Por otro lado, se sigue muy de cerca el PER (price-earnings ratio). Este indicador ha subido y eso encendió alguna alarma, pero no a niveles tan alarmantes de que los que se veían antes de la crisis de 2008.

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INVESTIGAD­OR EN RUTGERS UNIVERSITY, NUEVA JERSEY
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