Sicólogos. Las siete preguntas que siempre quisiste hacerles
Dos profesionales uruguayos responden a los interrogantes que más inquietan a los pacientes
1psicólogo
Si llego tarde a la sesión, ¿mi lo analiza?
“Desde el psicoanálisis seguro que sí porque se analiza absolutamente todo, pero yo tengo otra corriente cognitiva. Es cierto que los pacientes ansiosos suelen llegar antes y sobre todo en la primera consulta. Tengo casos que han llegado entre 20 y 30 minutos antes de su hora. Si el paciente siempre llega tarde, puede ser por falta de interés o porque simplemente es impuntual en su vida en general. Y en consulta reproducimos quiénes somos en el afuera”, expresa Mariana Álvez.
En esa misma línea, Alejandro de Barbieri dice que depende de la corriente psicológica: “Nosotros que trabajamos en la logoterapia (psicología existencial) no analizamos todo. Pero a veces esa llegada tarde puede ser un indicativo de algo que puede terminar surgiendo durante la terapia”.
2¿le Si estoy ganando más dinero, cuento a mi analista o me va a aumentar la sesión?
Para Álvez, “eso no tendría por qué suceder”. Según dijo, no sabe de un caso así. “Sí he conocido casos donde los colegas se molestan cuando el paciente debe dinero de las consultas y luego se enteran de que se van de viaje o han hecho una compra innecesaria. Es una manera de demostrarnos que no le están dando a la terapia el lugar que se merece. Es distinto cuando realmente sabemos que la persona está atravesando por una mala situación económica”, dijo.
Para Barbieri, la terapia tiene que ser un ámbito de libertad donde la persona pueda expresar sus sentimientos: “Si no pueden decirle a su terapeuta que le aumentaron el sueldo por miedo a que le suba los honorarios, se estaría afectando el proceso de la terapia, porque lo principal es que durante la sesión la persona se sienta libre para hablar, le vaya bien económicamente o no”.
3¿cómo Quiero dejar de ir a terapia, encaro el tema con mi terapeuta?
De acuerdo a la psicóloga, existen muchas razones por las cuales una persona quiere terminar una terapia. “A veces porque no nos sentimos a gusto con el terapeuta, otras porque sentimos que ya no podemos avanzar, otras porque no queremos trabajar más en nosotros mismos o no podemos lidiar con ciertas cosas”, ejemplificó Álvez. En todos los casos, asegura, lo mejor siempre es la honestidad. “Hay pacientes que se apuran a dejar. Y como les da vergüenza, te mandan un mensaje de texto. Creo que lo mejor es siempre conversarlo cara a cara”, dijo.
Para De Barbieri, en tanto, depende del psicoterapeuta. “Hay psicólogos que no aceptan que uno no quiera ser más su paciente e insisten mandando mensajes. Lo ideal es conversar y plantear directamente las razones de porque no va a venir más. No debería ser un problema y los psicólogos tienen que tener la habilidad para hacer ese cierre lo más natural posible y no obligarlo a que siga atendiéndose diciéndole cosas como: ´Justo ahora te vas a ir que estamos tratando un tema importante´”, dijo el experto.
¿Puedo preguntarle a mi psi4cólogo sobre su vida privada o va a interferir con mi análisis?
“Los psicoanalistas suelen ser mucho más estrictos en este punto, yo soy bastante abierta en cuanto a mi vida personal porque tengo un blog donde escribo y varias redes sociales. No tengo secretos en cuanto a que soy casada, tengo un hijo y un gato. Hay cosas que no interfieren en el vínculo profesional-terapeuta. Lo que sí puede llegar a interferir son los prejuicios, las ideologías, la religión, que como profesionales intentamos ser lo más objetivos posibles. Y que estas cosas no estén presentes a la hora de trabajar con el paciente”, dijo Álvez.
Para De Barbieri, en su corriente “el vínculo es clave”. “En mi caso, cuando revelo algo personal es cuando sé que va a contribuir a la terapia: uno puede decir, por ejemplo, que también una novia lo dejó, por lo que entiende lo que el paciente está viviendo”, contó. Pero no se deben invertir los papeles. “Si un paciente va al psicólogo y éste le termina hablando más que el paciente, la terapia no sirve. Tiene que haber un equilibrio”, dijo.
5amistad
¿Se puede tener un vínculo de con el psicólogo?
La experta dice que hay que tener cuidado en ese punto y aclara: “Los psicólogos no somos amigos de nuestros pacientes, no podemos serlo porque perderíamos el rol y todo lo que implica”. Sin embargo, hay ciertas situaciones puntuales en las que pueden ser flexibles “siempre y cuando le aporte algo al consultante”.
Para De Barbieri, en tanto, durante el tiempo que la persona está en terapia no se puede entablar un vínculo de amistad porque se está en un proceso donde hay ciertos límites. Aclaró, sin embargo, que si se encuentra con el paciente en el estadio no se correría de lugar y tampoco lo dejaría de saludar si se lo cruza en el cine. “He tenido pacientes que han venido a terapia de pareja y, luego de terminada, siguen juntos. Me han invitado a celebrar su aniversario y he ido porque fui partícipe de un momento duro en su relación. Otros me escriben un mensaje contando lo mismo y yo los felicito y nada más”, dijo.
¿Los psicólogos van al psicó6logo? ¿O se autoanalizan?
Para Álvez “todos deberían ir”. “Es un proceso de autoconocimiento y mientras más sepamos sobre nuestras luces y sombras, mejor podemos trabajar con los demás. Se recomienda que todos los psicólogos hagan terapia o al menos supervisen con otros colegas, pero lamentablemente no siempre se cumple con este requisito”, dijo la especialista.
Barbieri también sostuvo que es recomendable que los psicólogos hagan terapia, “más cuando tenés muchos pacientes”.
¿Qué se hace cuando los pa7cientes se enganchan sentimientalmente con los terapeutas?
Álvez explicó que es algo que ocurre muchas veces. “Idealizo a mi terapeuta y le deposito una carga romántica. A veces sucede porque se siente que el terapeuta es el único que realmente nos comprende y seduce la idea de que alguien no nos juzgue y nos acepte de esa forma incondicional. La realidad es que si se lleva a cabo una relación entre paciente y psicólogo es altamente probable que sea un desastre, más allá de lo ético. Le haríamos mucho daño a esa persona vulnerable que deposita su confianza en nosotros; sería un abuso de poder”, sostuvo. Y agregó: “Cuando sucede, es bueno trabajar esto en terapia, tratando de hacerle entender al paciente por qué cree que está enamorado. Y si es algo que no puede superar, en ese caso es necesario que derivemos con otro profesional”.
El experto en logoterapia dijo que cuando el terapeuta ve que el paciente está teniendo sentimientos por el psicólogo, “no debe darle lugar porque se puede generar un problema mayor”. “Es algo que suele pasar”, admite de todos modos.