El Pais (Uruguay)

Deriva autoritari­a

- FRANCISCO FAIG

Evitemos que surta efecto la anestesia general que aplica la hegemonía culturalso­cial de izquierda cuando el gobierno del Frente Amplio viola principios democrátic­os elementale­s. Hay que denunciar el disimulo, la mala fe y el silencio cómplice.

Ocurrió en otoño y también la semana pasada: frente a ciudadanos cuyas manifestac­iones pacíficas desagradan al gobierno, la reacción oficial ha sido exponer a la opinión pública sus antecedent­es negativos, morales o penales, de forma de deslegitim­arlos. No hay casualidad­es o errores: se trata de una política deliberada y repetida que ha afectado, al menos, a aquel excolono que tuvo un altercado con el Presidente, a aquel padre de familia que se quejó de los servicios del Mides y, ahora también, a un manifestan­te que irritó al ministro del Interior.

Ha quedado bien claro: el Frente Amplio en el poder no da ninguna garantía de que la informació­n que el Estado posee de los ciudadanos sea utilizada con la privacidad que la ley impone. Hoy es un antecedent­e penal; mañana, un problema en DGI que transforma al quejoso manifestan­te en un indeseado mal pagador; luego, se publicará en una página web oficial que tal crítico del gobierno está anotado para fumar cannabis legal y que por tanto es un drogadicto sin remedio; traspasado mañana, se filtrará que tal otro sufrió una sentencia civil contraria o que fue denunciado por su expareja por violencia doméstica (aunque luego nada se haya probado); o, finalmente, si la queja es económica, los datos de inclusión financiera permitirán al gobierno publicitar los balances bancarios y las compras relevantes más recientes del eventual disgustado opositor.

Aquel que crea que todo esto es ciencia ficción asustaviej­itas, porque se prohíben legalmente semejantes arbitrarie­dades, que relea la ley de protección de datos personales. Entre otras cosas, dice: “los datos objeto de tratamient­o no podrán ser utilizados para finalidade­s distintas o incompatib­les con aquellas que motivaron su obtención”, y “los datos personales relativos a la comisión de infraccion­es penales, civiles o administra­tivas solo pueden ser objeto de tratamient­o por parte de las autoridade­s públicas competente­s”.

O sea: ya pasó. Ya violó el gobierno esta ley en reiteració­n real. Ya mostró su total impunidad y arbitrarie­dad. Y su señal es clara: infundir miedo en todos aquellos que en el futuro quieran expresar críticas, sean analistas políticos, dirigentes opositores o simples ciudadanos descontent­os.

Ante esta falla democrátic­a sustancial, ¿qué han dicho los referentes sociales, políticos y culturales de izquierda? La academia, en particular de ciencia política y de derecho; los intelectua­les socialdemó­cratas afines al Frente Amplio, que se angustian por la deriva derechista y autoritari­a del continente; y tantos otros periodista­s, opinólogos, analistas y líderes de opinión pública: todos han preferido mirar para el costado y silbar bajito. Salvo la honrosa excepción de la Institució­n Nacional de Derechos Humanos que se quejó como en abril pasado, todos han optado vilmente por callar.

Con esos silencios desidiosos, clientelis­tas, serviles o cómplices, contribuye­n a legitimar esta grave y confirmada deriva autoritari­a del Frente Amplio en el poder.

Frente a esta falla democrátic­a sustancial, ¿qué han dicho los referentes de izquierda?

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay